A tener presente que la ética social debe involucrar todo ámbito social, donde sus principios no pueden ser manipulados, porque son intrínsicos al hombre, llamó el Obispo Auxiliar de Concepción, Monseñor Pedro Ossandón, e insistió en la importancia de promover la caridad en el mundo de hoy.
El Obispo ofreció una conferencia para conocer y profundizar los contenidos de la Encíclica del Papa Benedicto XVI Caritas in veritates, ante un numeroso público que llegó al aula magna de la Universidad Católica de la Santísima Concepción, en el contexto de las actividades del Mes de la Solidaridad.
En su exposición Monseñor Ossandón indicó las claves para la lectura que debe ser reflexionada en la comunidad, en la familia, en el trabajo. En este sentido, explicó que la encíclica está enmarcada dentro de la Doctrina Social de la Iglesia y “nos recuerda cuál es la misión de ella, que es estar al servicio de Dios y del mundo, en términos de amor y verdad, abriéndose a todo ámbito del hombre; preocupándose del desarrollo integral de la persona humana sin dejar nada fuera éste”.
Planteó que “la caridad cubre la totalidad de la persona en todas sus relaciones: con Dios, la creación, la sociedad y consigo mismo, abarcando los ámbitos económico, político, cultural y religioso, entrando en la vida cotidiana de cada uno”.
Sostuvo que la Doctrina Social es única, coherente y siempre nueva, ya que no es cerrada y se desarrolla e ilumina con la misma luz los problemas, poniendo de manifiesto que la caridad cristiana es la principal fuerza al impulso del desarrollo, anhelo de cualquier persona.
De lo anterior, manifestó que surgen tres consecuencias: la importancia del evangelio para la constitución de la sociedad, preocupación por la Cuestión Social y la relación recíproca entre impulso hacia el progreso con el ideal cristiano de ser hijos de un mismo Padre, donde el otro es un sacramento de Dios.
Dijo que en el desarrollo está el corazón del mensaje cristiano, la unión de la espiritualidad con el compromiso social que conlleva a tener como principios la primacía y centralidad de la persona humana, la solidaridad, la subsidiaridad que no es otra cosa que otorgar lo necesario para que el otro sea autónomo y, finalmente, el bien común.
En ese contexto, expuso que la ética social debe ser involucrada en todo ámbito social, donde sus principios no pueden ser manipulados, porque son intrínsicos al hombre, lo que garantiza su libertad en cuanto es creatura de Dios.
Ahondó respecto a que la caridad y la verdad están intrínsicamente unidas al hombre. “Son – subrayó - realidades profundamente enraizadas a la persona; son la vocación de Dios puesta en el corazón y mente humana y la pueden conocer todos los hombres de buena voluntad (no necesariamente hay que tener fe para tenerlas)”.
Monseñor Ossandón recordó que el Papa señala que el desarrollo del pueblo tiene que ver con sentirnos como una sola familia, donde nos sentimos vinculados con lo que le pasa al otro, dándose por entero. Enfatizó en cuanto a que “la fraternidad supera la lógica que es dar para tener (empresas) o dar por deber (Estado), ya que a todo esto se agrega la gratuidad y el hacer mío lo que padece el otro, es un dar porque sí (…) Estos principios nos orientan a la plenitud y la felicidad, ya que la caridad es una fuerza extraordinaria que es necesario vivirla en la verdad que nos hace libres. Sin verdad la caridad cae en sentimentalismo y no se concretiza en el otro, es como un envoltorio que se rellena arbitrariamente. Sin verdad la caridad se privatiza y no tiene el alcance universal”
Finalmente, se refirió a la justicia y el bien común. Recalcó que la caridad va más allá de la justicia. “Más que dar de lo mío y dar al otro lo que es suyo, la caridad en la justicia no puede dar al otro lo que es mío sin antes no he dado lo que en justicia le corresponde, la justicia es intrínseca e inseparable a la caridad , el padre Hurtado dijo donde termina la justicia ahí recién empieza la caridad y la justicia se realiza en la caridad. El bien común como desarrollo de los pueblos y nos recuerda que amar a alguien es querer su bien es atender las necesidades reales de la persona, llegando a las causas de los problemas, donde el Papa manifiesta el valioso aporte de los sindicatos, incluso hablando de la reforma agraria, a propósito del derecho al agua y a la alimentación donde explicó que la caridad comienza cuando termina lo que es justo para el otro. A raíz de esto da importancia a la participación política de los ciudadanos”
Fuente: Comunicaciones Concepción
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