Aborto, misoprostol e infoética
Aborto, misoprostol e infoética

El Dr. Cristián Vargas Manríquez, Director del Instituto Superior de Bioética de la Universidad Católica de la Santísima Concepción ha planteado que el sentido común no se engaña cuando asocia estrechamente la sexualidad a la transmisión de la vida.

"En la antigüedad, el escaso conocimiento científico no ofuscaba la elemental percepción de que el aborto interrumpe la transmisión de la vida, más allá del status concreto del no nacido al momento en que este se practicara. Sin embargo el vínculo entre sexualidad y transmisión de la vida tiende a ser oscurecido por la actual tendencia unilateral de entender el problema del aborto como un problema de libertad de elección o de libertad reproductiva", sostiene.

El profesional argumenta que, en realidad, en la gran mayoría de los casos, el aborto no es otra cosa que la consecuencia de la desmedida confianza en los métodos anticonceptivos, o un método más de control de natalidad que acompaña muchas veces situaciones dramáticas de falta de compromiso, violencia o de amor verdadero. La unión entre anticoncepción y aborto no es sólo un dato científico, sino una vinculación estructural, porque nace de una concepción de la libertad humana totalmente desarraigada de la responsabilidad de afirmar como valores humanos universales la vida humana y su inherente dignidad, sacrificando la propia vida del no nacido en el altar de la libertad de elección".


Misoprostol e infoética

El Dr. Vargas se ha referido a la conocida situación de difusión, promoción y venta de fármacos a través de Internet, "con la finalidad de producir la muerte de seres humanos indefensos". Al respecto, considera que esa situación nos debe llevar a reflexionar acerca de los fundamentos que deben normar la gestión de las tecnologías de la comunicación.

Explica: "Hoy en día pareciera existir una tendencia a asumir como valores universales la tolerancia y el respeto por la diversidad de opinión, no importando la veracidad o finalidad que el uso de dicha información pueda tener. Pareciera que da lo mismo si alguien publicita el construir una bomba, el ofrecer servicios sexuales o informarnos sobre la situación meteorológica. Es indispensable que los medios de comunicación social defiendan celosamente a la persona y respeten plenamente su dignidad. Más de uno piensa que es necesaria una “infoética”, así como existe la bioética en el campo de la medicina y de la investigación científica sobre la vida. Para quienes están implicados en la comunicación social, responsables de la política, comunicadores profesionales, usuarios, sea cual sea el papel que desempeñen, la conclusión es clara: servir a la persona humana, construir una comunidad humana fundada en la solidaridad, en la justicia y en el amor, y decir la verdad sobre la vida humana y su plenitud final en Dios han sido, son y seguirán ocupando el centro de la ética en los medios de comunicación".

Fuente: Comunicaciones Concepción
Concepción, 06 de Junio, 2009

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