¿Cómo se puede comprender la actual crisis económica. Fue una falla del sistema -o bien un problema moral-, o ambos?
Es en medio de las dificultades que afloran las debilidades de los sistemas. En las crisis se evidencian las contradicciones de la sociedad y de las personas. La crisis actual es de dimensión global y, aún cuando se desconoce su alcance y proporción, algunos la quieren presentar como sistémica, como generadora del derrumbe de paradigmas sociales y económicos. Este enfoque, sin embargo, esquiva la asignación de responsabilidades a las personas concretas, culpando más bien al sistema y a las ingenierías de manipularla.

No obstante esta crisis, lejos de negar las virtudes del mercado como asignador de recursos, queda claro que éste no conduce en forma mecánica al bien común. Tal como señala Juan Pablo II en la Encíclica Centecimus Annus: la libertad económica, debiera estar “encuadrada en un sólido contexto jurídico que la ponga al servicio de la libertad humana integral”.

La crisis ha dejado en evidencia que la libertad no puede ser concebida simplemente como la ausencia de toda coacción y que el mercado no se autorregula espontáneamente. También el distanciamiento entre ética y economía y, al mismo tiempo, que ésta útlima debe ser algo más que una ciencia de la mera asignación eficiente de los recursos y que puede ser aún más productiva como ciencia social, teniendo en cuenta en forma explícita las consideraciones éticas que afectan el comportamiento humano.

¿Cómo pueden los empresarios enfrentar la crisis financiera de una mejor forma?
La sostenibilidad de las empresas, en tiempos de crisis y de prosperidad, debe guiarse siempre por la capacidad de conocer oportunamente las necesidades y expectativas de todas las personas que interactúan con la organización. Es clave para toda empresa mantener en equilibrio todos sus intereses –tanto económicos como sociales, culturales y espirituales— y considerarlos al tomar decisiones que les afectan.

En tiempos difíciles como el actual, lo anterior no debe perderse de vista. Hay que evitar someterse a un espíritu alarmista, pesimista y cortoplacista. Las empresas deben velar antes que todo, por maximizar los esfuerzos orientados a que ésta siga vigente, de manera de que no peligren los puestos de trabajo. La mejor forma de hacerlo, es generar un compromiso real por parte de todo el grupo humano que compone la organización, para lo cual se requiere una comunicación y diálogo fluido basado en la confianza mutua y transparencia en la toma de decisiones. Valores tales como la austeridad, solidaridad, excelencia, participación y la creatividad, son una buena guía para la toma de decisiones en estos complejos momentos.

¿Cuáles son los quehaceres de USEC y en qué se encuentran hoy trabajando?
La Unión Social de Empresarios Cristianos, USEC, es una corporación sin fines de lucro fundada en 1948 por un grupo de profesionales y empresarios católicos, que motivados por San Alberto Hurtado, se propusieron difundir y promover los valores y principios contenidos en la Doctrina Social de la Iglesia (DSI), para su aplicación práctica en las empresas.

USEC desarrolla diversas actividades orientadas a socios y algunas para la comunidad en general, algunas de las cuales son: difundir y educar en torno a la DSI, aplicada a la empresa, promover redes relacionales entre socios; influir en la opinión pública a través de la presencia en medios, aportar a la adopción de modelos de gestión en Responsabilidad Social y ética empresarial, desde la perspectiva cristiana.

También participaremos en el XXIII Congreso Mundial de UNIAPAC “Valores para la construcción de un mundo mejor”, que se llevará a cabo en Ciudad de México, entre el 20 y el 22 de Mayo. UNIAPAC es la Unión Internacional Cristiana de Dirigentes de Empresa, que agrupa a más de 35.000 empresarios y ejecutivos de 26 países. USEC pertenece a esta red desde 1957.

¿Qué valores buscan transmitir los empresarios de USEC?
Dado que las empresas cobran cada día una mayor relevancia en la sociedad moderna, convitiéndose en principales agentes de cambio, es que por definición sus responsabilidades son mayores a la hora de incentivar y distribuir valores al interior de la empresa, lo que en definitiva, se plasmará al resto de la sociedad. Como empresarios de USEC, queremos construir una nueva cultura empresarial que incorpore en su quehacer cotidiano el principio fundamental del respeto a la dignidad de la persona y al fomento de su desarrollo integral. Principio que coloca al ser humano como origen, centro y fin de toda vida social y económica.

Fuente: USEC