Con cueca y batucada, los pobladores de la Villa La Cultura y de las comunidades vecinas de la población La Bandera, en la Zona Sur de Santiago, celebraron la bendición de la capilla María Madre de la Esperanza, el domingo 29 de marzo.

La bendición estuvo presidida por el Arzobispo de Santiago, Cardenal Francisco Javier Errázuriz, quien destacó la importancia que para los habitantes del sector tiene este nuevo templo. También no dejó de comentar lo lindo que cantó el coro de niños que ensayó durante meses especialmente para la ocasión. “Espero que el coro puede crecer y seguir cantando tan maravillosamente. Pero hay otro símbolo que quiero rescatar, ustedes tienen una imagen preciosa hecha por un artesano peruano, por eso aquí pueden rezar para la amistad con Perú”. Se refería a la imagen de la Virgen del Carmen hecha especialmente para la capilla en Arequipa, Perú.

En tanto, el Pbro. Pablo Palma, párroco del sector, agradeció a todos quienes hicieron posible la construcción de este templo. “Este lugar pasó a ser hoy un centro de esperanza donde me ha impresionado ver en estos días que cuando pasa la gente, olfatea algo distinto. Olor a esperanza, a Fe, a solidaridad”.

Niños y jóvenes participaron activamente en la organización de las celebraciones pero sus planes de trabajo se extienden mucho más. Es el caso de Joel, quien participa en la Pastoral Juvenil a cargo de un grupo de niños. “Somos siete jóvenes guías y nos han llegado otros 15 para empezar a participar. Y muchos más niños, todos los días aparece uno nuevo. Ahora tengo a mi cargo un grupo de 11 y otro de 7 niños y voy a empezar a trabajar con ellos distintos temas después de Semana Santa, así es que vamos a inaugurar estos salones (del centro cultural)”.

El primer impacto que espera ver Joel es que aumente la asistencia de jóvenes y niños a la capilla. “Va a llegar mucha más gente ahora y va a revivir esta capilla con la juventud, porque antes había más gente de edad y muy poca juventud participando”. Por el lado la preocupación de la señora Amalia, es el canto. A pesar de que sólo participan dos adultos en el coro, se siente absolutamente motivada a continuar su trabajo vocal junto a sus compañeros. “Todavía no puedo creer que ya lo hicimos. Ahora viene un relajo pero estoy contenta de ver los resultados de todo lo que ensayamos. Se siente tan bien cantar aquí por fin en nuestra capilla. Ahora tendremos que cantar en todas las misas, me da nervios pero tenemos que lanzarnos no más”.

La señora Amelia también habla de las diferencias entre lo que fue el terreno donde se ubica la capilla, y lo que representa hoy para la comunidad. “Hay mucha gente que se ha venido a apoyar a la capilla, es increíble porque todo esto era un espacio botado. Aquí había delincuencia, drogadicción, la gente cruzaba la vereda para hacerle el quite. Pero ahora con la capilla la gente está contenta. La juventud que se apoya en la capilla es activa y le gusta participar. Yo soy una más”.

El Padre Pablo Palma cerró la ceremonia con unas emotivas palabras que ejemplifican cuán abiertas están las puertas a toda la comunidad. “Muchas veces yo les he preguntado a ustedes qué esperan de esta nueva capilla. Y a coro me han respondido: una iglesia súper acogedora, tremendamente misionera. Y hoy ustedes mismo me preguntan por qué no tenemos reja. Pues bien, porque queremos una Iglesia abierta, que acoja a todos las personas de esta comunidad. Estamos dispuestos a recibir todas las iniciativas, especialmente en bien de los más pobres.”

La construcción

La construcción con cerca de 700 metros cuadrados construidos, se ubica simbólicamente en un terreno cercano al lugar donde en 1987, el Papa Juan Pablo II se reunió con pobladores de todo Santiago y hoy continúa presente en los católicos de La Bandera quienes, gracias a su oración y esfuerzo, hicieron posible la realización de esta gran obra que tendrá una capacidad para 600 personas sentadas y 9 salones parroquiales. La capilla está acompañada del Centro Cultural Católico Juan Pablo II, un lugar que pretende convertirse en un centro comunitario para los habitantes del sector que no contaban hasta entonces con un lugar de reunión. En él, jóvenes y adultos tendrán a su disposición salas e instalaciones para desarrollar actividades culturales y pastorales.


Fuente: Ayuda a la Iglesia que Sufre(AIS)