El jueves 22 de enero, cerca de las 21:15 horas, y mientras la tarde caía, el salón de la Parroquia «La Merced» de Valdivia fue testigo de la celebración de los 15 años de Vida Consagrada de Jovita Cerro Quintana, Directora del Departamento de Comunicaciones del Obispado de Valdivia.

Jovita, Misionera Trinitaria, hace mucho escuchó el llamado del Señor y siguió el camino con oídos y corazón atentos para que un 22 de enero de 1994, hiciera suya la frase: «Habla, Señor, que tu sierva escucha»

Así también lo entendieron los invitados que, en forma desinteresada fueron haciendo posible la cadena de solidaridad para traer a su mamá desde Coihaique, y poder estar presente en la Eucaristía, organizada para celebrar y dar gracias por la fidelidad y el caminar de servicio y amistad entregada, tanto al Señor como a los hombres, desde las comunicaciones en donde ella aporta para la construcción del Reino.

Desde los tormentosos ríos de Coyhaique, hasta los calmos ríos de Valdivia en donde, de sus 15 años de Vida consagrada, 11 de ellos los ha entregado a esta Diócesis de Valdivia.

La Eucaristía fue muy emotiva, puesto que al inicio, Alicia, quien guió y motivó la Eucaristía, dijo a los presentes y en forma especial a Jovita, que el regalo más preciado para ella era el que todos querían regalarle, y ella sin saber, se dejó querer, hasta que de manos de María Jesús, una niñita de 7 años, apareció su mamá para luego se fundieran en un abrazo fraterno, lleno de alegría y de emociones contenidas.

La Eucaristía fue presidida por el obispo diocesano, Monseñor Ignacio Ducasse M. junto a los sacerdotes Ivo Brasseur, Vicario General; el Padre capuchino Orlando Córdova, y el anfitrión, párroco de «La Merced», padre Cornelio Lemmers, quien fue el encargado de la homilía y que hizo que los propios asistentes, fueran destacando la historia de Jovita.

Al final, antes de la bendición, se leyeron algunos saludos que fueron manifestaciones de afecto, cariño y cercanía de las personas que se encontraron en el caminar con Jovita y fue así como se fueron leyendo los saludos, venidos desde Bolivia, Udine, Italia y por supuesto de la "patota" de los amigos y amigas de la CECh y de la red de comunicadores en distintas diócesis del país.

Luego el compartir fraterno y agradecido por estos 15 años de fidelidad de Jovita al Señor y a la humanidad, para seguir escuchando lo que el Señor nos dice.

Fuente: Comunicaciones Valdivia