Durante todo el día se celebraron misas, una de las cuales fue presidida por monseñor Ricardo Ezzati, quien destacó el ejemplo de San Sebastián; en su homilía se refirió también a varios temas contingentes.
Desde la medianoche, el santuario de Yumbel vivió un ambiente especial que se repite el 20 de marzo de cada año. Se celebraron misas cada dos horas, en tanto más de 50 sacerdotes y religiosas atendieron los distintos servicios pastorales de los fieles. A las 10 de la mañana, la eucaristía fue presidida por monseñor Ricardo Ezzati, quien resaltó la figura de San Sebastián, precisando que “es un ejemplo de fe y de seguimiento al Señor”.
En su homilía expresó que sin duda muchos de los peregrinos llegaron a dar gracias y a pedir una gracia, a través de la intersección de San Sebastián. “Lo hacen porque creen que Dios tiene un corazón de Padre. Dios siempre escucha la oración de sus hijos. Él llena nuestra vida con su amor y con su propia vida. Jesús ha venido para decirnos que Dios es Padre. Para que sea así, necesitamos tender nuestra mano, confiar; necesitamos vencer nuestra soberbia y nuestra autosuficiencia. Tal vez el pecado más grande de nuestra sociedad sea la autosuficiencia. Nos creemos capaces de todo. Creemos que en nosotros existe la fuerza y la potencialidad de realizar todo. Sin embargo, nos encontramos, en medio de esta soberbia, con el vacío más grande de nuestra vida, porque el corazón del hombre, es un corazón que busca a Dios y sólo en Él puede encontrar su paz”.
Más adelante, Monseñor planteó que “hoy vivimos una persecución diferente a la que vivía la comunidad cristiana de los comienzos, y de la época de San Sebastián. Hoy, nadie nos tira flechas materiales, pero hoy, la fe cristiana está sufriendo otra persecución de un ateísmo práctico que serpentea en la vida de la sociedad. La fe está sufriendo la persecución del materialismo que invade hasta la vida de los propios cristianos. Hoy, el cristianismo sufre, porque nosotros los cristianos no somos tan maduros para manifestar siempre y en todas partes, nuestra fe”.
Indicó que San Sebastián enseña que lo más importante de la vida humana no son las cosas. “Lo primero de todo es Dios y Él nos invita a ser cristianos activos, responsables, en el mundo de hoy. La Iglesia de Chile y de América Latina nos ha invitado a participar de la gran Misión Continental, para evangelizar nuestro mundo, comenzando por la familia. Que bueno ver a hombres y mujeres que fortalecen su fe y la entregan con devoción a los demás”, enfatizó.
Durante su mensaje y posteriormente en un encuentro con la prensa, monseñor Ezzati se refirió al grave problema de los incendios forestales que están afectando a la región. “Es evidente que los incendios forestales hacen ver cómo la insensatez puede provocar tanto daño al trabajo, a la naturaleza y a la persona, porque hay familias amenazadas. Las autoridades me han dicho que la mayoría de estos incendios son intencionales. Naturalmente esto es una insensatez”, recalcó e hizo un llamado a cuidar lo que hay de belleza, riqueza, porque es de todos. “No puede ser que la insensatez de algunos eche a perder el trabajo de todos”, subrayó.
En segundo lugar, hizo un llamado frente a lo que es la crisis económica. Recordó su participación en un encuentro convocado por el intendente regional, haciendo notar que “el Señor nos ha regalado la razón para poder dialogar y la voluntad para hacer las cosas positivas”, reiterando su mensaje a las empresas, a los trabajadores, al Gobierno y a toda la comunidad para hacer de esta crisis, una oportunidad para la solidaridad y una oportunidad para el bien del trabajo que es un bien para la familia.
También hizo mención al tiempo electoral que se avecina. “Mi llamado es que esta contienda política, sea vista con mucha sabiduría. Por supuesto que cada uno tiene que defender sus propios ideales, pero que se haga con altura de mira; con respeto a las personas y buscando siempre el bien común”.
Aprovechó de entregar, además, su mensaje a los agricultores que están siendo afectados por la sequía y otros problemas. “Nos ha llamado la atención el problema y algunas movilizaciones en la agricultura. Este es un tema que preocupa a todos los obispos. Hemos escrito una carta pastoral sobre el mundo del campesinado y hemos llamado sobre el bien que es para toda la sociedad, el producto de la tierra. Los campesinos y agricultores buscan que el producto de su trabajo tenga una justa compensación”, dijo.
Finalmente, monseñor Ezzati se refirió al tema del comercio en torno a la festividad. “Las personas que expresan su fe son personas normales. Necesitamos tomar líquido, comer algo y eso es normal. Siempre, en todo momento, la expresión de la fiesta religiosa, ha sido acompañada de la atención de estas necesidades. No hago un escándalo de que haya comercio y que la gente compre, porque es parte de su necesidad vital. Lo importante es que la fiesta no ser convierta en eso. Lo importante es que la gente venga a expresar su fe, su voluntad de acrecentar el espíritu de la fe y vivir de acuerdo a su fe”, concluyó, tras lo cual fue saludado por el nuevo alcalde de Yumbel, Camilo Cabezas, a quien le expresó su bendición y deseos de una buena gestión en favor de la comunidad.
La celebración del 20 de enero concluyó con la procesión con la imagen de San Sebastián y la misa de clausura. La imagen fue trasladada, finalmente, hasta el templo donde permanecerá hasta el 20 de marzo para la llamada fiesta del “20 Chico”, donde se revivirá, por segunda vez en el año, el mismo ambiente de fe.
Fuente: Comunicaciones Concepción
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