Marcelo Iturrieta Opazo, profesor de francés de la Pontificia Universidad Católica, ofrece de forma voluntaria el curso básico de español a los haitianos, quienes se encuentran viviendo principalmente en las comunas de Quilicura, San Bernardo y Estación Central.

En Haití se habla francés y creole, y la migración de estos hermanos a Chile es reciente. El cambio es motivado en la mayoría de los casos por razones de inestabilidad política en su país y, por consiguiente, carencia de proyecciones para los jóvenes, en tanto que la elección obedece en gran medida a la imagen que del país dan los militares en la misión de paz de la ONU.

Las clases son los lunes a las 11. Entre los objetivos del curso están el que los alumnos obtengan competencias comunicativas en idioma español así como que alcancen una comprensión sociocultural elemental para su inserción social, laboral y educativa en Chile.

El voluntario francés en INCAMI, Rémy Thiollier, manifestó que de acuerdo a lo que ha logrado percibir mediante el trato constante con estos migrantes, la realidad de los haitianos en Chile se puede subdividir entre quienes vivían en Puerto Príncipe u otros centros urbanos de Haití y quienes proceden de sectores rurales.

Los primeros hablan francés, la mayoría inglés, además del creole, y han tenido acceso a la educación formal. Por ello, muchos de ellos ya estuvieron durante un periodo en República Dominicana y llegan a Chile con la ilusión de trabajar y estudiar en la educación superior. Los segundos, en tanto, sólo manejan el creole y no fueron a la escuela, llegan a nuestro país en busca de un destino mejor, sin mucha claridad sobre cómo conseguirlo.

“La mayoría viene sobre todo con la intención de estudiar. Son jóvenes y piensan que acá es más fácil, lo que es así -porque hay estabilidad y les reconocen sus estudios previos-, pero es caro, mucho más de lo que imaginaban y eso los desilusiona. La situación política y social de su país es muy compleja, lo que les genera mucha inestabilidad. Ellos buscan acá alguna posibilidad de un mejor futuro”, señaló el voluntario.

Sobre su estadía en nuestro país, una de las principales características es la solidaridad entre ellos. “Ellos viven en comunidad, son grupos de amigos. Ninguno vive solo, son solidarios, mientras uno encuentra trabajo el resto lo mantiene sin problemas”, remarcó.

INCAMI

Además de la coordinación del curso de castellano, INCAMI presta orientación a los haitianos, en temas legales y, en el caso de las mujeres, les presenta la alternativa del Centro de Atención Integrado al Migrante (CIAMI), donde se dispone de un servicio de inserción laboral y talleres de capacitación. También les invita a participar de las actividades religiosas e interculturales impulsadas en conjunto con la parroquia Latinoamericana y el departamento de Migración del Arzobispado. Entre los planes en este ámbito, está la celebración mensual de una eucaristía en lengua francesa.



Fuente: Comunicaciones INCAMI