"La paz entre ambos pueblos goza de buena salud. Ahora el desafío interno es construir bases sociales sobre la justicia y la solidaridad", destacó el presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social, Jorge Casaretto, en la homilía de la misa en la basílica de Nuestra Señora de Luján por los 30 años del inicio de la mediación papal por el Beagle, que evitó una guerra entre la Argentina y Chile.
Delante de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y representantes de los tres poderes, la sociedad civil y los credos, el prelado pidió dejar "de lado todo lo que nos distancia y enfrenta" para tratar de "encontrarnos en aquello que nos acerca", y reclamó "dialogar más" para "lograr acuerdos sociales más sólidos".
Tras destacar que "hace 30 años pudimos haber elegido la guerra, pero optamos por la paz", el obispo insistió en remarcar el sentido de la celebración eucarística: "A Dios le elevamos nuestra gratitud", aseveró.
Monseñor Casaretto exhortó a orientar la vida "hacia la solidaridad y la concordia" y, de cara al bicentenario de la patria, "privilegiar el bien común" para "lograr juntos un país con plena inclusión social".
En otro momento de la homilía, el prelado refirió a la "oportuna intervención" un día como hoy hace 30 años de "ese joven Papa, hombre de Dios, que conocedor del horror de la guerra asumió de modo valiente" la mediación y envió al cardenal Eduardo Samoré.
Aquel purpurado, recordó monseñor Casaretto, dijo a un colaborador: "Vamos a necesitar un océano de paciencia". Paciencia, acotó, para "vencer la violencia, diálogo difíciles para vencer la obstinación..."
Tras valorar que "en medio de las tinieblas haya visto esa lucita que se transformó en una gran luz gracias a la búsqueda del diálogo y el consenso e ilumina de paz a ambos pueblos", recordó la "humilde" actitud del cardenal Raúl Primatesta y de participación de su "amigo" el entonces nuncio Pío Laghi.
"Hoy somos partícipes de que María de Luján y Nuestra Señora del Carmen siguen velando por la paz de los dos pueblos", concluyó.
La Presidenta fue recibida en el atrio de la basílica de Luján por el arzobispo local, monseñor Agustín Radrizzani, y el titular de la Comisión Nacional Justicia y Paz, el laico Eduardo Serantes, a cargo de la organización del acto cívico-religioso.
Al finalizar la Eucaristía, las autoridades se trasladaron hasta un palco en la plaza Belgrano, frente a la basílica, donde la Presidenta dio un discurso.
La celebración de acción de gracias se replicó en el santuario chileno de Nuestra Señora de Carmen, de Maipú, con la asistencia de la presidenta Michelle Bachelet.
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Fuente: AICA