A partir de las 18:30 horas del sábado 22 de noviembre comenzaron a llegar hasta el Santuario de la Inmaculada Concepción, en el cerro San Cristóbal, los jóvenes que participaron del encuentro de oración "María Mírame", convocado por la Vicaría Pastoral Universitaria y la Vicaría de la Zona Cordillera. A pesar del calor de la tarde algunos grupos de jóvenes, como la Pastoral Universitaria de Santiago, se animaron a subir a pie hasta la Virgen, haciendo del trayecto un camino de preparación al encuentro en el que revisaron el paso del Señor por su vida durante este año.

Previo al encuentro se celebró una eucaristía en la explanada del Santuario, presidida por el padre Tomás Scherz, Vicario de la Pastoral Universitaria. Junto con saludar a los jóvenes congregados, el padre Tomás los invitó a disponer el corazón para encontrarse con el Señor a través de María. "Esta es una fiesta para que en el corazón joven se recree la vocación de Dios. Por eso María, expresión de la primera redimida, se nos presenta en la actitud de dar vida a los otros, siendo permeable a Dios, acogiendo a su prima en las situaciones difíciles, en la solidaridad y en el encuentro con nuestros hermanos más necesitados", dijo el vicario en su homilía.

Pasadas las 20:00 horas se dio inicio al encuentro de oración, el que este año centró su mirada en María, "Estrella de la Esperanza". A través de momentos de oración y reflexión los jóvenes profundizaron en los espacios de desesperanza que hoy día ensombrecen sus proyectos de vida y en las actitudes de la Virgen María que muestran un camino de esperanza y fe para superar las dificultades.

Este momento fue presidido por el vicario de la zona cordillera padre Fernando Vives, quien con entusiasmo y recordando grandes hitos en la vida de María interpeló a los jóvenes a animar la esperanza propia como de los hermanos sufrientes.

"María no da lugar a la desesperanza, le cree a Dios que hará maravillas en ella y será instrumento para que la creación entera acoja al Salvador. Camino a Belén, no da lugar a la desesperanza; cuando pierde a Jesús en el Templo, cuando se acaba el vino en las bodas de Caná, no pierde las esperanzas. Nuestra vida es una peregrinación y hemos peregrinado para encontrarnos con Jesús. Sin duda, traídos de la mano de María siempre cerca, siempre a nuestro lado, nos dice y nos ha dicho, que si nos encontramos con El podemos animar la esperanza de la vida, la nuestra y la de nuestros hermanos", enfatizó en su mensaje el vicario.

Luz para la vida

Entre los jóvenes peregrinos de María Mírame, estuvo Constanza Bosens, de la Pastoral de Ciencias Químicas y Farmacéuticas Universidad de Chile: "Es la primera vez que asisto a este encuentro. Para mí la esperanza es esperar una luz aunque todo esté muy negro… Poder terminar todo lo que he empezado y cumplir todo lo que me he propuesto".

Cristián Jorquera, de la Parroquia San Mateo, llegó al santuario muy contento por su confianza en la Virgen María: "Vengo por primera vez a María Mírame y vengo por la fe que tengo en la madre de Dios. Para mí la esperanza es que nosotros podemos confiar en que ella siempre estará al lado nuestro. Mi mayor esperanza ahora es ser mejor persona".

Marianela Olivares, de la Parroquia San José de la Reina fue al encuentro con su esperanza puesta en las metas que Dios le ha puesto en el camino: "Mi anhelo es ser una mejor persona y sacar adelante a mi comunidad".

Uno de los puntos más emotivos fue el compromiso que hicieron los jóvenes a los pies de la Virgen a ser signos de fe en medio del mundo. Como símbolo de ese compromiso, los jóvenes amarraron en sus muñecas una cintas que los acompañarán hasta el próximo "María Mírame", el año 2009.



Fuente: www.vpu.cl