Este domingo 17 de agosto amaneció radiante, casi primaveral, en Santiago. Qué mejor regalo para dar inicio a la Misión Continental en la arquidiócesis. La Misa de envío tuvo lugar en la Catedral Metropolitana. No la pudo presidir el Cardenal Francisco Javier Errázuriz, por encontrarse aquejado de una gripe. Lo hizo Monseñor Cristián Contreras Villarroel, Obispo Auxiliar y Vicario General. La eucaristía fue concelebrada por Monseñor Andrés Arteaga y Fernando Chomalí, Obispos Auxiliares de Santiago; por Monseñor Juan Suárez, Deán del Cabildo Metropolitano; Monseñor Fernando Ramos, rector del Seminario Pontificio Mayor; y por la casi totalidad de los Vicarios Episcopales, zonales y ambientales.
Hasta la Catedral llegaron delegaciones de los consejos parroquiales, representantes de movimientos apostólicos y de agrupaciones laicales; de congregaciones religiosas y de diversas organizaciones eclesiales. El coro de la Escuela de Música del Arzobispado de Santiago puso la nota alta de la celebración eucarística.
Unidos en el continente
Monseñor Contreras inicio la eucaristía citando el comienzo del
mensaje del Cardenal Errázuriz “En la hermosa ciudad de Quito, que con sus templos coloniales recuerda la primera evangelización de nuestro Continente, los Presidentes de las Conferencias Episcopales de América Latina y del Caribe se han reunido para celebrar el tercer Congreso Misionero de América.
Todos ellos, unidos al Santo Padre, han querido dar inicio en este día a la Misión Continental que nos propuso la Vª Conferencia general del Episcopado Latinoamericano. El Papa les ha enviado un mensaje y también un tríptico, uno para cada país, semejante al que él les regalara a los obispos el 13 de mayo del año pasado, al inaugurar junto al santuario de Nuestra Señora Aparecida la Vª Conferencia general. Como símbolo de la renovación que impulsará la Misión Continental, envía los trípticos para que tengamos presente las raíces en la vida de Cristo y de la naciente Iglesia de nuestra firme resolución de ser y formar “discípulos misioneros de Jesucristo, para que nuestros pueblos en Él tengan vida. Unidos a todas las diócesis de Chile, de América Latina y del Caribe damos inicio en este día a la Misión Continental en nuestra Arquidiócesis”señala el mensaje del Arzobispo de Santiago.
La Buena Noticia de Jesús
Monseñor Contreras, en su homilía, al reflexionar sobre el Evangelio del día (Mateo 15, 21-28) señaló que era providencial escuchar este relato de esta mujer pagana, de Cananea. “Ella ha escuchado hablar de Jesús y ve en Él al Señor de la Vida. Señor, hijo de David, sana a mi hija que tiene el demonio. Señor socórreme. Es providencial que un texto así sea el pórtico de entrada para esta Misión Continental en América Latina y del Caribe”, señaló Mons. Contreras y agregó: “Se cumple con el Evangelio, y se cumple con el aquí y el ahora de nuestra América Latina y de nuestra patria, aquella misión del profeta Isaías: todos los pueblos están llamados a participar del banquete del reino de Dios, y también aquellos alejados, también aquellos que nunca en sus vidas han escuchado hablar de Jesús”.
Saludo del Papa
Luego, el Obispo Auxiliar de Santiago destacó el saludo que enviara el Papa Benedicto a los participantes del Tercer Congreso Continental, celebrado en Quito Ecuador en el marco del inicio de esta Misión Continental. En el mensaje, el Santo Padre espera que en este tiempo de misión, "armonizando esfuerzos pastorales e iniciativas evangelizadoras, las distintas Iglesias particulares en América Latina y el Caribe van a intensificar su quehacer, para que el Señor sea cada día más conocido, amado, seguido y alabado en esas benditas tierras. Él ha vencido el pecado y la muerte, nos otorga cotidianamente su perdón, nos enseña a perdonar y nos llama a vivir una vida alejada del egoísmo que nos esclaviza y colmada del amor que nos engrandece y dignifica".
Mensaje de Cardenal Errázuriz
En su homilía, Monseñor Cristián Contreras Villarroel también destacó los párrafos centrales del mensaje que el Cardenal Francisco Javier Errázuriz dirigiera a los fieles de la arquidiócesis.
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Texto completo del Mensaje
El Cardenal inicia su convocatoria citando el mensaje final de la Conferencia de Aparecida, en el que los obispos señalan que esta tarea evangelizadora “será un nuevo Pentecostés que nos impulse a ir, de manera especial, en búsqueda de los católicos alejados y de los que poco o nada conocen a Jesucristo, para que formemos con alegría la comunidad de amor de nuestro Padre Dios. Misión que debe llegar a todos, ser permanente y profunda”.
Luego, el prelado expresa su deseo de acoger la riqueza de vida y las orientaciones de Aparecida con la conducción del Espíritu Santo, para enfrentar los desafíos que se plantean “cuando iniciamos en nuestra patria los próximos cien años de nuestra historia soberana”.
Llegar a las raíces de la identidad cristiana
Al referirse a los objetivos de esta misión, el Arzobispo de Santiago precisa que no se trata de una misión más, sino que es “una acción misionera que quiere llegar a las raíces de nuestra identidad y de nuestra misión como cristianos”. Agrega que “queremos lograr un encuentro tan vivo y profundo con Jesucristo, que nos transforme a todos en discípulos suyos, que responden con fidelidad y coherencia en su vida personal, familiar y social a quien los ha invitado a seguirlo”. Esta coherencia, dice, debe impulsar a los cristianos a construir una sociedad “sobre las bases de la justicia, y que permita a todos vivir en paz y amistad, conforme a su dignidad de hijos de Dios”.
Audacia para anunciar a Cristo
Será necesario, dice el mensaje del Cardenal Errázuriz, que “el poder del Espíritu Santo nos ayude a ser misioneros de Jesucristo, despertando a nuestra Iglesia en Latinoamérica del letargo de su espíritu misionero, que ha sido por tanto tiempo un signo de su debilidad y pobreza”. Sin embargo, toda esta labor misionera no es posible cumplirla “con nuestras fuerzas humanas”, sostiene el Cardenal, sino que es obra del Espíritu Santo. Es por su acción que se puede “llegar a un encuentro vivo y comprometido con Jesús; despertar con un espíritu misionero y audacia misionera para anunciar a Cristo a quienes se alejan de Él y viven como si Dios no existiera; encender en nosotros el amor a nuestro pueblo, de manera que los pobres, los afligidos, los extraviados, los desesperanzados tengan vida en Cristo y la tengan en abundancia”.
En su convocatoria, el Cardenal Errázuriz recuerda lo señalado en el Documento de Aparecida: “La Iglesia está llamada a repensar profundamente y relanzar con fidelidad y audacia su misión en las nuevas circunstancias”. Esto, señala ese texto citado, “no depende tanto de grandes programas y estructuras, sino de hombres y mujeres nuevos que encarnen dicha tradición y novedad”.
Etapas de la misión
Las etapas de la misión son cuatro: preparación, convocatoria y formación de los misioneros; misión sectorial y misión territorial.
Para la etapa preparatoria, el Arzobispo hace un llamado a completar y profundizar el estudio de las orientaciones que surgieron en Aparecida y de las Orientaciones Pastorales de la Conferencia Episcopal. Esta petición del pastor está dirigido concretamente a todos los responsables de comunidades parroquiales y eclesiales de base; institutos religiosos, movimientos eclesiales, nuevas comunidades e itinerarios de iniciación cristiana; comunidades educacionales y otras asociaciones laicales.
Respecto de la convocación y formación de los discípulos misioneros, el Cardenal desataca la oración, la conversión, la comunión y la solidaridad como elementos centrales. En un primer momento, se profundizará en el encuentro con Jesucristo, que se da en la Iglesia y los sacramentos; en la Palabra de Dios y la “lectio divina”; en los pobres, enfermos y afligidos; “particularmente en la familia, iglesia doméstica y santuario de la vida”, y en la religiosidad popular. Luego, se profundizará “en nuestra vocación de discípulos misioneros en comunión con la Iglesia”.
Esta segunda etapa durará al menos un año
Las últimas dos etapas son la misión ambiental y la territorial, proyectadas “hacia quienes están más lejos de Cristo y de la Iglesia”.
Finalmente, el Arzobispo de Santiago enfatiza que “las grandes orientaciones pastorales de Aparecida claman por un espíritu nuevo” y expresa su deseo de implorar “una nueva irrupción del Espíritu Santo, un nuevo Pentecostés”. Asegura que “son tan inciertos los caminos de nuestra Patria, que claman por nuestra presencia y nuestra alegría por haber acogido a Cristo, que golpeaba a nuestras puertas y nos invitaba a colaborar con Él”.
Ya estamos en misión
La misa concluyó con un emotivo signo de envío. Los Vicarios Episcopales recibieron la Cruz de Maipú, un cirio y el tríptico de la Misión Continental, con la finalidad de que en sus respectivas zonas y ambientes vaya expandiéndose la luz de esta misión. En medio de espontáneos aplausos de los fieles asistentes, los vicarios portando la Cruz de Maipú y escoltados por el cirio y el tríptico abandonaron la Catedral. La Misión Continental ya ha comenzado.
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Texto completo del Mensaje en la web
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Especial de Iglesia.cl sobre la Misión Continental
Fuente: DOP Santiago - www.iglesiadesantiago.cl
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