Agosto, Mes de la Solidaridad, nos permite recordar el testimonio del Padre Hurtado, Santo de la Justicia y la Esperanza para los pobres, y su llamado a comprometernos con la construcción de una sociedad más fraterna y solidaria, animada por el respeto a la dignidad de las personas.
Se trata de un mes en que la Iglesia promueve con especial énfasis diversas actividades solidarias, entre ellas las Semanas Sociales, que este año se realizarán en 19 diócesis, inspiradas por el lema “Construir Igualdad. Tarea de todos, tarea de hoy”.
Las Semanas Sociales constituyen espacios de reflexión desde la Doctrina Social de la Iglesia, orientados al análisis y búsqueda de propuestas ante los grandes temas que desafían a nuestra sociedad, a fin de avanzar hacia un desarrollo humano integral. Su realización en nuestro país resulta particularmente relevante, puesto que, reconociendo los significativos avances que ha experimentado la sociedad chilena, se constatan también importantes desafíos, principalmente en materias de equidad social e igualdad en el acceso a las oportunidades de desarrollo.
La realización de las Semanas Sociales surge como uno de los tantos frutos de la encíclica
Rerum Novarum, del Papa León XIII. Así como en Alemania este documento motivó la creación de los llamados Cursos Sociales, en 1904, en Francia llevó a Henry Lorin y a un grupo de colaboradores a implementar las primeras Semanas Sociales, concebidas como una suerte de “universidades ambulantes”, cuyo objetivo era promover el estudio, la reflexión y la puesta en práctica de los principios de la doctrina social de la Iglesia, promoviendo el compromiso social de cristianos y cristianas. Siguiendo el modelo francés, en los siguientes años comenzaron a realizarse las Semanas Sociales en España, Holanda y Austria (1906), Italia y Polonia (1907), en Bélgica (1908), Lituania y México (1909), en Suiza (1910) y, posteriormente en diversos países de América Latina.
El aprecio de la Iglesia hacia esta iniciativa queda bien reflejado en las palabras de saludo de Juan Pablo II a los participantes de la LXXIV Semana Social de Francia, del año 1999, “Las diferentes Semanas sociales han sido encuentros notables que han contribuido a numerosas transformaciones en la vida pública, y constituyen una hermosa página de la historia del catolicismo social….Han estimulado a numerosos fieles que, mediante su compromiso, han querido vivir los principios en los que se basa la doctrina social de la Iglesia.”
En Chile, las Semanas Sociales adquirieron especial relevancia durante el régimen militar, constituyéndose en uno de los pocos espacios que permitieron el diálogo para reflexionar en torno a la realidad sociopolítica y económica y buscar alternativas para el reestablecimiento del Estado de Derecho y el respeto a la dignidad de las personas. A manera de ejemplo, podemos recordar las VIII Semana Social de 1979 “Nuestra Convivencia Nacional” y la XII Semana Social de 1984 “Hacer País”.
Más recientemente, los obispos de la Conferencia Episcopal de Chile acordaron estimular las Semanas Sociales diocesanas, de manera que se realizaran con temas y fechas comunes, de manera de favorecer su impacto. Con este mandato, el Departamento de Acción Social de la CECh y Caritas Chile han apoyado su realización desde el año 2005. De este modo, un número creciente de diócesis ha venido realizando una profundización de diversos temas relevantes del desarrollo del país, como los cambios en el mundo del trabajo y los desafíos medioambientales, entre otros, a la luz de la Doctrina Social de la Iglesia.
Por su importancia y orientación, en la Asamblea Plenaria de abril de 2008, los obispos acordaron situar la realización de las Semanas Sociales como un aporte de Iglesia a la conmemoración del Bicentenario de la Independencia Nacional, promoviendo un diálogo amplio en torno a la sociedad que queremos construir, para abordar las “escandalosas desigualdades” que caracterizan a nuestro país y avanzar hacia un Chile del 2010 más justo y solidario.
Se trata por tanto, que estas Semanas Sociales convoquen a diversos actores sociales y ayuden a generar una mirada compartida y esperanzadora, creando espacios de reflexión en torno a temas esenciales del desarrollo de nuestras regiones y del país, para identificar los
desafíos de fondo que enfrentamos, así como los
grandes sueños y proyectos compartidos, para motivar, finalmente,
el compromiso de los participantes con la construcción de un Chile más inclusivo, que otorgue iguales oportunidades de desarrollo a todos sus habitantes.
Con la metodología del encuentro, las Semanas Sociales 2008, se sitúan en sintonía con el llamado a animar el Mes de la Solidaridad de este año, motivando el diálogo y la escucha como actitud básica para promover una cultura solidaria.
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Fuente: DAS Nacional CECh