Bodas de Oro y Diamante en la Vida Consagrada

Un conmovedor y ejemplar testimonio de amor, dedicación y entrega en el sentido más profundo de su significado, mostraron las hermanas Mary Josephine Chan, perteneciente a la congregación de las Hermanas Franciscanas Misioneras de María, y Sor Ida Sonn, de las Hijas de María Auxiliadora, al festejar sus 50 y 60 años de vida consagrada respectivamente.

A las 11 horas en la eucaristía dedicada a los Servidores de la Fiesta, Monseñor Marco Antonio Órdenes, obispo de Iquique, bendijo a las religiosas y resaltó su vocación frente a la asamblea que les acompañaba compuesta por fieles que del pueblo peregrino, la comunidad pastoral del Santuario y sus hermanas religiosas más jóvenes.

Del mismo modo asintieron a la celebración los adultos mayores de distintos pueblos y comunas de la provincia del Tamarugal, La Tirana, Pozo Almonte, Camiña, La Huayca, entre otras, y distintas comisiones de servicio de jóvenes.

“Ama y sirve” fueron las palabras que predominaron en la homilía de Monseñor Órdenes, palabras se hicieron carne y reflejo en la vida de la hermana Mary Josephine quien fue invitada a contar su historia plagada de profunda devoción por seguir a Jesucristo ante la adversidad de una cultura distinta en su natal Hong Kong.

Posteriormente se realizó la bendición de las festejadas y la comunión, finalizando de este modo la eucarística orando a la Virgen Santísima por esta fiesta 2008.

Cofradías recibieron la bendición de sus nuevos trajes e instrumentos

Con una emotiva y muy alegre eucaristía llena de cantos que evidenciaban el sentimiento de sus protagonistas, el padre Yanko Pajurik realizó la bendición de los nuevos trajes, estandartes e instrumentos de los fieles bailarines y músicos que llegaron hasta el Santuario de Nuestra Señora del Carmen para saludar a la Virgen en esta fiesta 2008.

Comenzando con un estruendoso saludo de buenas tardes al párroco franciscano que nos visita desde Valparaíso, los devotos de "la Chinita", como cariñosamente el pueblo llama a su Madre santísima, asistieron en masa a esta tradicional ceremonia adornada por los coloridos de los trajes.

Un abrazo de la reconciliación dio inicio a la celebración litúrgica, rompiendo de inmediato el esquema tradicional creando un ambiente fraterno entre los peregrinos presentes. Esto acompañado de emotivos cantos como Padre Amerindio coreado fuertemente por los bailarines y sacerdotes presentes en el Templo.

Nutrida con el mismo sentimiento de hermandad, la homilía del padre Sergio Villalobos destacó la enorme importancia que tiene el traje para un bailarín: “aunque este es un elemento externo en el cuerpo, al igual que para nosotros los sacerdotes nuestra vestimenta implica una preparación para el acercamiento a Cristo durante la eucaristía, y una responsabilidad al vestirla. Del mismo modo para una peregrino de un baile religioso, el vestir su traje le prepara el corazón para llegar a la Virgen y seguir su senda con justicia y solidaridad”.

En el momento culmine de la celebración, decenas de bailarines se acercaron hasta el altar con profunda humildad portando sus trajes listos para recibir la bendición de los padres en nombre de Nuestro Señor Jesucristo, la misma sencillez que muestran cada día durante estos días de fiesta en que ni el calor quemante del día, ni el gélido frío de la pampa en la noche, los desanima para acudir cada año a bailar ante la Madre de Cristo y todos los chilenos.

Fuente: Comunicaciones Iquique