Concurso Día del Padre
Concurso Día del Padre

Participe del concurso “Las enseñanzas de mi padre” organizado por el periódico “Encuentro. Envíe sus testimonios, en cien palabras, a periodicoencuentro@iglesia.cl o a dop@iglesia.cl Entre quienes nos escriban sortearemos 3 DVD con la serial “Crónica de un hombre santo”, con la vida del Padre Hurtado.

Participe del concurso “Las enseñanzas de mi padre” organizado por el periódico “Encuentro. Envíe sus testimonios, en cien palabras, a periodicoencuentro@iglesia.cl o a dop@iglesia.cl Entre quienes nos escriban sortearemos 3 DVD con la serial “Crónica de un hombre santo”, con la vida del Padre Hurtado.

A continuación algunos de los testimonios que nos han llegado:

Un hombre santo

TWYF M’CYN SCHYLD, MI PADRE

¡Si, que se sepa. Mi padre era un hombre Santo!
Como teresita de Jesús, veo el rostro de Dios en el suyo
Enseñóme, que el Amor es mas fuerte, antes que Juan Pablo El Grande
¿ que le costaría más?
Llegar helado y empapado por la lluvia regalando su abrigo nuevo pelo de camello a un miserable o mantener la esperanza contra toda esperanza
¿Que le dolería más?
mi hermano despreciando llevar su nombre jorge o mi inconsecuencia
El entiende. Me ama.
Mi viejito , estoy alcanzándote a pasos agigantados en edad al menos.
Y estoy preparando tu regalo

PIESK Jose Pablo Keymer Opazo
RUT: 8.695675-6

Mi Padre se llamaba Juan

Mi padre se llamaba Juan. El falleció el año 1987, el mismo año que el Papa Juan Pablo II visitó Chile y era 1 año menor que él.
Enviudó el año 72 y su vida de allí en adelante fue muy dura, difícil y solitaria. Era un hombre que cultivaba mucho la amistad; la organización gremial de los trabajadores, siempre comprometido en lo social con sus colegas. El era fotograbador y trabajó en los inicios de lo que hoy es el diario “La Tercera”, fue uno de los iniciadores del Circulo de Jubilados de la Prensa, y trabajó al final de su vida en el Liceo Industrial "Artes Graficas “, donde se desempeñó como profesor.

De él aprendí el ser trabajadora, amistosa, sencilla, empeñosa y analítica. Admiro en él su inteligencia y capacidad de adaptarse a las situaciones de la vida, a compartir con todos sin discriminación, de acoger a todos, de su compromiso con lo laboral.
Recuerdo, como si fuera hoy, las fiestas navideñas de la empresa, que movía a otros a realizarlas y que mi casa parecía la del viejito pascuero, con las bolsas de golosinas que se entregarían. Lo mismo, las vacaciones: junto a algunos compañeros iban al terreno que se conseguían, cerca de la playa, a levantar campamentos: con carpas, colchonetas, construir vitrinas, para que las familias fuéramos a pasar unos días a la playa y conseguir el traslado (con cama y petaca), en los camiones del diario. Eran iniciativas de un grupo en el que se destacaba mi “taita” y cuyo objetivo era alegrar la vida de familia y promoverla.

Pero el más valioso recuerdo que tengo de él es que cuando se enfermó, me tocó cuidarlo en lo físico y muy especialmente en lo espiritual ya que al no saber cómo ayudarle en sus dolores le pregunte si quería confesarse con el sacerdote en nuestra parroquia: Padre Pedro, a lo cual me respondió (a mi asombro) que sí y en sus cinco sentidos recibió al sacerdote y al domingo siguiente le llevaron la comunión, comulgó y lloró como un niño diciendo “…es que hace tanto tiempo que no comulgaba …”. Su enfermedad avanzó, pero mi papá se resignó conforme a lo que venía. Acostumbramos a rezar el Rosario (que jamás lo habíamos hecho), y él me enseñó a rezar la “salve”, que yo a mis 30 años (en ese entonces), no había aprendido y tuve la alegría y tranquilidad de que mi papá se fue en la paz y en la gracia de Dios.

Para mi, mi padre fue un instrumento de conversión y la presencia palpable del Espíritu Santo se hizo tan real como esta carta.

Gracias por invitarme a compartir esta vivencia, en estos tiempos en que los papás no enseñan a rezar a sus hijos.

Una hija agradecida

Don Pastor

Quise poner ese nombre porque así se llamaba y realmente eso fue para sus ocho hijos, nuestro pastor, nuestro guía, un hombre que con poca educación, con un trabajo de gasfitero, nos saco adelante, nunca nos falto la comida ,la educación y por sobre todo el cariño. Recuerdo con nostalgia los días en que íbamos todos a la feria y los vecinos nos decían ahí va don pastor con sus ovejitas, en muchas cosas de nuestras vidas el tomo el papel de madre, ya que ella era minusválida. Recuerdo ver a mi padre con mi madre conversando largos ratos de sus cosas y las nuestras y por sobre todo su abnegada vida junto a nuestro hermano mayor José (invalido) siempre estuvieron muy juntos y seguramente están juntos disfrutando de la vida eterna los tres. Me imagino el sacrificio y la preocupación por sacarnos adelante, no es fácil criar a 8 hijos ni menos para un obrero, pero tú lo hiciste hasta el final de tus días. Por eso creo que para criar un hijo solo se necesita AMOR. Lo demás viene por añadidura. Un aprendizaje hermoso lleno de dedicación, tan importante en los días de hoy.
Rosario Valdes


Un hombre bueno

Difícil misión hablar de mi padre, cómo resumir en pocas palabras lo que él me enseñó. Creo que fue su paciencia, buen humor y tolerancia lo que marcó mi existencia, en síntesis fue un hombre bueno, un hombre que sin muchos estudios aprendió de la escuela de la vida, un hombre que compartió con su mujer el dolor de perder un hijo, él que era estricto sin ser severo. Quien resaltaba lo positivo ante lo negativo. El día en que el Papa Juan Pablo II se encontraba en el Templo Votivo de Maipú, mi padre falleció viéndolo por televisión recibió su bendición para irse junto al Padre celestial. Sé que desde ahí protege a sus hijos nietos y bisnietos .
Te quiero papá
Marilú Villota


Jesús está en nosotros

Siempre viví con el dolor de no tener padre, un gran vacío en mi corazón. El no pasaba nunca en casa, jamás recibí una caricia. En mi adultez se separó de mamá y no lo ví más.
En sus últimos días, antes de fallecer, lo conocí realmente y pude ver al padre que tenía, lo encontré muy arrepentido, lloró y me pidió mi rosario, él estaba muy lúcido y nadie sospechaba de su partida, por su buena salud. Oramos juntos, tuve la oportunidad de mirarlo a la cara, era hermoso. Hoy creo firmemente que Jesús está en cada uno de nosotros.
Maria Ines Hinojosa Alfaro

Gracias papá...

Cada vez que pienso en tí, se forma en mi imaginación esa figura paciente, gentil, dulce con una mirada limpia que sale de tus chiquitos ojos azules. No olvidaré esos domingos en que todos nos arreglábamos para ir a misa al centro, o a la Iglesia de la Merced o a la de San Agustín, iglesias imponentes en las que el sacerdote predicaba desde el púlpito. Era el día domingo, día importante, día de la familia, ya que después de rezar íbamos a visitar a nuestros abuelos.

Siempre listo, igual que el lema de los scouts, ante cualquier demanda de alguno de tus seis hijos, o de la mamá. ¡Que disposición para responder ante cualquier favor que te pidieran! Los años han pasado, y continúas acompañando a la mamá a donde quiera que vaya, siempre listo para conducirla a cualquier punto de Santiago.

No fuiste un papá autoritario, impositivo, con muchas reglas, pero nos entregaste mucho amor y has sido un buen ejemplo con tu propia vida para todos nosotros.
Te quiero mucho,
Gabriela Valenzuela Rojas


Mi padre

Mi padre. Ese enorme viejo de manos grandes, criado en el campo, de estudios escasos, pero de una fuerte fe y amor a lo que hacia. El me contaba que era el único en aquel pequeño pueblo que sabía manejar... ni siquiera el carabinero sabía. Eran muy entretenidas sus historias. De él aprendí a vivir la solidaridad. Aprendí que si sabes algo puedes compartir y vivirlo con otros. Aprendí a valorar el tiempo para los otros. También aprendí el valioso valor de la honestidad, concepto y principio que llevo acabo hasta el último día de vida.... así los reconocieron sus compañeros y jefes donde él trabajaba por 18 años... Otra acción que aprendí de mi viejo... fue el valor del sacrificio, los frutos y las experiencias adquiridas en este sacrificio... Le pregunté por qué lo hacia, y el me respondió que era necesario, que era por el amor que nos tenía. Yo no me sacrifico como él, pero el amor familiar que me entregó lo cuido tanto, como el sacrificio que él hizo.

El valor de la honestidad, es uno de los valores más íntimo que me entregó... íntimo porque llegó a tener aroma a humildad, que generoso fue el Señor con mi viejo... lo miró y lo amó, no por lo poco que tenía, más bien por las riquezas valóricas y sacrificadas que inspiró a sus 5 hijos....

Hoy él no está en medio de nosotros, pero como lo recordamos en los almuerzos familiares, en las navidades en familia y por sobre todo cuando nos falta algo en la mesa, y que la oración nos ayuda a creer en la vida. Mi padre... está junto al Padre, y eso me ayuda mucho a confiar en la vida, a buscar a este Señor que alimenta mi fe, anima mi trabajo con los jóvenes, y me acompaña en la oración.

Queridos amigos de ENCUENTRO... Gracias por leer mi experiencia de mi padre, a quien lo recuerdo desde el año que partió al encuentro del Señor. (2001) Le agradezco a Dios su presencia, el día de la muerte de mi padre, él colmo mi fuerzas y la esperanza de la resurrección. Animó mi vida familiar y reconcilió el dolor de mi familia con la vida...

Con cariño

Luis Pérez

Mi Papá

Nunca me habló de amor y me ama desde el día que supo que sería papá. Nunca me habló del amor de pareja, pero ama a mi madre hace 48 años. Nunca me habló de la amistad, pero es amigo de todo el mundo. Nunca me habló de la fidelidad, pero se que no falla. Nunca me habló de la felicidad, pero siempre tiene una sonrisa para compartir. Nunca me habló de la caridad, pero sus manos están siempre dispuestas a ayudar. Nunca me habló de la verdad, pero su palabra tenía la fuerza de la veracidad. Nunca me habló de la lealtad, pero siempre se puede contar con él. Nunca me habló de la responsabilidad, pero jamás falta a sus compromisos. Nunca me habló de la paz, pero su cara refleja la serenidad de su interior. Nunca me habló de la humildad, pero su vida ha sido para los demás. Papá siempre te estaré agradecido de que nunca me hayas hablado de estas cosas y que además que nunca me hayas hablado de Dios, y por eso sé que por ti llegué a conocerle y a amarle. Gracias por ser papá.

Sergio Soazo Cespedes

A mi Papi:

Bueno, son nuestros padres que nos inculcan y nos enseñan los hábitos, la fe, los valores: Son nuestra primera escuela de vida. Mi papi, así como todos los papás son especial, el mío más!. Marino jubilado, salió de la Escuela de Grumetes, de la Isla Quiriquina. Él es de Puerto Aysén, lugar lejano. Encontró su amor en Talcahuano: mi mamá.

Se destacó en sus estudios lo cual le permitió navegar dos veces en la Esmeralda, y conoció varios países, es por eso que le encanta el mar, y navegar, no deja su mar, su gran amante “La mar”. Es por eso que me encanta el mar, y conocer países, ya he estado en casi todos los lugares que conoció él. Su famosa torre de Hércules, en la Coruña, España, siempre me hablaba de esa torre, hasta que fui a conocerla!. Sí tiene su encanto, su magia!. Y así tantos otros lugares, él me dice: “ Estás siguiendo mis pasos..!”

Siempre navegando y trasladándonos, como es la vida de los marinos!. Cuando se iba a navegar lloraba todas las noches, y cuando llegaba no quería que se fuera más!. Cuánto sacrificio, levantarse temprano, navegar por meses. Valió su sacrificio porque le agradezco, mi vida, como modelo a seguir, al salir adelante, al sacrificio, al cumplimiento, la responsabilidad, la disciplina, la alegría y el querer lo que me gusta hacer, mis clases de Religión. Soy profesora de Religión, Titulada de la Universidad Católica de la Santísima Concepción y Master en Asesoramiento y Orientación Familiar, en España. Y actualmente estudio Psicología.

Aunque él lamenta no haber estado en cada momento con nosotros, crecimos muy rápido. Y el tiempo pasó. Mi papi, hombre de gran fe, no es un hombre de mucha misa, como mi mamá, pero asiste el 16 de julio sin falta a la misa, en mi nombre, a pedir a Dios y la Santísima Virgen por su “Carmelita” que soy yo!.

Valeria del Carmen Calisto Ilabaca


Fuente: DOP Santiago - www.iglesiadesantiago.cl
Santiago, 11 de Junio, 2008

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