"La Eucaristía es escuela de caridad y de solidaridad. Quien se alimenta con el Pan de Cristo no puede quedar indiferente ante quien, incluso en nuestros días, carece del pan cotidiano", afirmó antes de rezar la oración del Ángelus junto a varios miles de peregrinos congregados en la plaza de San Pedro del Vaticano.
"Muchos padres logran a duras penas encontrarlo para sí y para sus niños --denunció--. Es un problema cada vez más grave, que le cuesta resolver a la comunidad internacional".
Por su parte, aseguró, "la Iglesia no sólo reza 'danos hoy el pan de cada día', sino que, siguiendo el ejemplo del Señor, se compromete de todas las maneras por 'multiplicar los cinco panes y los dos peces' con innumerables iniciativas de promoción humana, compartiendo lo imprescindible para que a nadie le falte lo necesario para vivir".
En este contexto, hablando desde la ventana de su estudio, deseó que "la fiesta del Corpus Christi sea una ocasión para crecer en esta atención concreta a los hermanos, especialmente los pobres".
Meditando en el sentido de esta fiesta, el Papa aclaró que la Hostia santa "¡es el mismo Dios! ¡El Amor mismo!".
"Esta es la belleza de la verdad cristiana: el Creador y el Señor de Todas las cosas se ha hecho "grano de trigo" para ser sembrado en nuestra tierra, en los surcos de la historia; se ha hecho pan para ser partido, compartido, comido; se ha hecho alimento nuestro para danos la vida, su misma vida divina", afirmó.
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Intervención de Benedicto XVI en el Ángelus del Corpus Christ
Fuente: www.zenit.org