Concelebraron junto a Monseñor Ezzati, el Pbro. Francisco Osorio, Vicario Episcopal de Educación en la arquidiócesis y los sacerdotes que asesoran la Pastoral en los establecimientos. En su homilía, monseñor agradeció la presencia, la misión y obra de sus educadores, señalando que “ellos también, al lado de ustedes, sean como el peregrino de Emaús, que acompaña el camino, a veces incierto, de ustedes mismos; y que sepan infundirles en el corazón, la esperanza, la dicha y la fuerza para construir una vida hermosa para ustedes, sus familias y la sociedad”.

Pidió, especialmente que el Señor resucitado llene de alegría y de esperanza el corazón de cada uno los jóvenes y de cada unidad educativa, para ser levadura de vida nueva, que transforme la realidad circundante. Manifestó que, a veces, la tarea educativa no es fácil y está sujeta también, a las limitaciones de nuestro pecado.

“A lo largo de estos años de educación católica, en sus colegios, ustedes están llamados a un encuentro personal con Jesús, a descubrir a Jesús que camina junto con ustedes, llenándoles el corazón de grandes ideales, y de un proyecto de vida hermosa, para ustedes y sus familias y la sociedad”, señaló, instándolos a aprovechar el tiempo de gracia y el don de educarse en un colegio de Iglesia.

Les planteó, además, que la educación que reciben no es una educación llamada a encerrarse en el egoísmo o en el individualismo del propio provecho individual, sino que la educación católica tiene un profundo sentido de comunión, de solidaridad y un sentido de participación en la vida del mundo para transformarse en un mundo cada vez más semejante al reino de Dios. “Mi invitación es que no descuiden la dimensión social, la dimensión solidaria y comunitaria de su formación”, recalcó

Fuente: Comunicaciones Concepción