En uno de los actos más multitudinarios celebrados en este pontificado en Roma, el Papa lanzó un llamamiento a que siempre se respeten las opiniones de los demás en una breve pero sincera intervención, que fue interrumpida constantemente por los aplausos y gritos de «¡Viva el Papa!».
En su saludo, recordó que la visita truncada a la universidad con el mayor número de Europa, prevista el 17 de enero, había sido programada por invitación de la misma institución académica.
«Por desgracia, como es sabido, el clima que se había creado ha hecho inoportuna mi presencia en la ceremonia», explicó, recordando que de todos modos envió al rector para que se leyera en la ceremonia el discurso que había preparado para esa ocasión.
El Papa Joseph Ratzinger confesó que «con el ambiente universitario, que durante largos años fue mi mundo, me unen el amor por la búsqueda de la verdad, por el diálogo franco y respetuoso de las recíprocas posiciones».
«Como profesor, por así decir emérito, que ha conocido a tantos estudiantes en su vida, os aliento a todos, queridos universitarios, a respetar siempre las opiniones de los demás y a buscar, con espíritu libre y responsable, la verdad y el bien».
Familias, estudiantes e incluso dirigentes políticos, procedentes de toda Italia, invadieron la plaza para manifestar su afecto al Papa. Algunas de las pancartas decían: «La verdad nos hace libres».
El acto de solidaridad con el Papa fue convocado por el cardenal Camillo Ruini, obispo vicario del Papa para la diócesis de Roma como «gesto de cariño y de serenidad, una expresión de la alegría que sentimos por tener a Benedicto XVI como nuestro obispo y nuestro Papa».
Las protestas de estudiantes tuvieron lugar después de que se hiciera pública la carta de 67 profesores, entre los más de 4.500 de la universidad, dirigida al rector, en la que pedían que revocara la visita del Papa.
En la misiva decían que el Santo Padre negaba la libertad de investigación, citando un discurso pronunciado por el cardenal Joseph Ratzinger en 1990, en esa misma universidad, sobre la crisis de confianza en la ciencia en sí misma.
En la conferencia Ratzinger citó esta frase incriminada por los profesores: «En la época de Galileo la Iglesia permaneció mucho más fiel a la razón que el mismo Galileo. El proceso contra Galileo fue razonable y justo».
Los profesores, sin embargo, no explicaban en su carta que esa frase no era del cardenal Ratzinger, sino del filósofo de la Ciencia Paul Feyerabend. El purpurado alemán la citó únicamente para ilustrar la evolución de la posición de la Iglesia sobre Galileo.
Se trata de un caso análogo al de las protestas de musulmanes radicales después de que el Papa citara una frase de Manuel II Paleólogo (1350-1425) en el discurso que pronunció en la universidad de Ratisbona en septiembre de 2006.
La rehabilitación del «caso Galileo», que tuvo lugar durante el pontificado de Juan Pablo II, se debió en parte gracias al cardenal Ratzinger, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe.
Por Jesús Colina
Fuente: www.zenit.org