Eucaristía por cumpleaños de San Alberto Hurtado
Eucaristía por cumpleaños de San Alberto Hurtado

El domingo 20 de enero a las 12:00 horas en el Santuario (Av. San Alberto Hurtado 1090, ex General Velásquez) se oficiará una Misa por el aniversario del nacimiento del santo.

Con una eucaristía que se realizará este domingo 20 de enero a las 12:00 horas, el Santuario del Padre Hurtado conmemorará el cumpleaños de este santo chileno, cuya obra en el país ha trascendido generaciones.

Tras el oficio religioso –que tendrá lugar en el mismo Santuario, ubicado en Av. San Alberto Hurtado 1090 (ex General Velásquez)- los asistentes compartirán dulces chilenos y una torta alusiva al homenajeado, mientras un grupo musical oficiará un esquinazo.

En la puerta y llena de globos estará la famosa camioneta verde, su imagen e icono.

Biografía

El 22 de enero de 1901, nace en Viña del Mar Alberto Hurtado Cruchaga.
Al cumplir los cuatro años, muere su padre por lo que pronto su familia debe trasladarse a Santiago, a vivir de “allegada” en casas de parientes. Su madre, Ana Cruchaga, a pesar de las dificultades, encontró formas para servir a los más pobres en un patronato. Fue un ejemplo que se graba en el corazón de su hijo.

En 1909 Alberto ingresa al Colegio San Ignacio dirigido por los padres jesuitas. Desde su adolescencia su director espiritual es el P. Fernando Vives quien le ayudará a vivir sus experiencias sociales como experiencia de Dios. Así se despierta su vocación sacerdotal. A los 16 años pide entrar a la Compañía de Jesús, pero los jesuitas le aconsejan esperar, considerando la penosa situación económica de su madre.
Por ello, Alberto ingresa a la Universidad Católica a estudiar Leyes. De donde se recibe de abogado en 1923.

Religioso Jesuita
Providencialmente, la situación económica mejora y le permite a Alberto cumplir su anhelo de ingresar a la Compañía de Jesús el 14 de agosto de 1923 en Chillán. Estudia en Argentina, en Barcelona, para terminar en Lovaina, Bélgica, donde además de Teología sigue la carrera de Pedagogía.

El 24 de agosto de 1933 es ordenado sacerdote en Bélgica. El 25 celebra su primera misa.
En 1935 obtiene el título de doctor en Ciencias Pedagógicas. Sus compañeros y superiores de esa época dirán de él: “Un hombre verdaderamente eximio”.

Educador y apóstol de los jóvenes y de las vocaciones sacerdotales
Al volver a Chile, en febrero de 1936, como doctor en Educación dedica la mayoría de sus fuerzas a la formación y a la dirección espiritual de sus alumnos. Es profesor en el Colegio San Ignacio, en el Seminario Pontificio, en la Universidad Católica, en una escuela nocturna. También da muchas conferencias y retiros.

Con los jóvenes el P. Hurtado tiene una gran sintonía. Acompaña a muchos en su discernimiento vocacional. Suele despedirse de cada uno con un cariñoso “adiós, patroncito”.

En 1941 es nombrado asesor de la Acción Católica. Recorre Chile entero invitando a los jóvenes a conocer a Cristo y a compartir su ideal de vida. Los congrega, les da ejercicios espirituales, retiros. Más de un centenar optan por su mismo camino sacerdotal.
Después de tres años de total dedicación, el P. Hurtado se ve obligado a renunciar por desacuerdos con el asesor nacional. En esos momentos, Alberto Hurtado demuestra un amor filial y adhesión ejemplar a la Iglesia.

Su espiritualidad
Para Alberto Hurtado, Cristo es simplemente todo: la razón de su vida. Ve a Cristo en los demás hombres y mujeres, especialmente en los pobres: “El pobre es Cristo”.

Cuando el P. Hurtado se pregunta “¿Qué haría Cristo en mi lugar?”, está revelando el secreto del camino de santidad, de su “ser contemplativo en la acción”. Esa es la regla de oro que conduce su vida. No se trata de imitar mecánicamente lo que hizo Jesús... sino de tener la capacidad de discernir qué haría Él hoy.
Y cuando exclama “Contento, Señor, contento", expresa su fe en Cristo resucitado. Las veces que pronuncia esta frase, lo hace tras noches de muy breve descanso, de fatigas acumuladas, y con la cruz de la incomprensión de amigos y, a veces, de algunos superiores... Pero nada le borra la sonrisa de sacerdote.

Trabajo social: el Hogar de Cristo y la ASICH
Siempre tuvo un corazón muy sensible al dolor de los pobres y marginados. Él hace un constante llamado a abrir los ojos para mirar con honestidad la realidad social del país. Fruto de esta perspectiva es su libro ¿Es Chile un país católico? (1941) y otros que escribirá más adelante. Su mirada sobre los pobres no es una mirada estadística, sino la del evangelio, la del hermano: “Yo sostengo que cada pobre, cada vago, cada mendigo es Cristo en persona que carga su cruz. Y como Cristo debemos amarlo y ampararlo. Debemos tratarlo como a un hermano, como a un ser humano, como somos nosotros”.

La pasión y el dolor con que el P. Hurtado se refiere, en un retiro dado a señoras el 16 de octubre de 1944, a la realidad de tantos pobres de nuestra patria, da origen tres días después a una de sus obras más conocidas: el Hogar de Cristo, lugar de acogida y de educación para los marginados.

Por las noches, el P. Hurtado sale en su camioneta verde a buscar a niños y jóvenes vagabundos que se encuentran ocultos por la oscuridad de la ciudad o bajo los puentes del río Mapocho. Los llama e invita a acompañarlo al Hogar de Cristo.

En 1948, convencido de que “la caridad comienza donde termina la justicia” y de que los mismos trabajadores tienen que luchar por su dignidad, funda la ASICH (Acción Sindical Chilena). Su meta es lograr un orden social cristiano.

Estimula a los trabajadores, especialmente a los cristianos, a prepararse en la doctrina social de la Iglesia, a incorporarse a los sindicatos, a capacitarse en talleres.

Trabajo cultural: la Revista Mensaje
El P. Hurtado mira con profundidad la realidad chilena a la que quiere transmitirle la ‘buena noticia’. Su intención es extender hasta el mundo de los profesionales, intelectuales y jóvenes una visión que marque a fondo los valores de la sociedad. En 1951, cuando ya la enfermedad estaba minando su cuerpo, el P. Hurtado funda la revista Mensaje. Consume sus fuerzas pidiendo colaboradores y artículos, escribiendo él mismo, consiguiendo suscriptores.

Enfermedad y muerte
La salud del P. Hurtado se va deteriorando rápidamente. Trasladado al Hospital Clínico de la Universidad Católica, se le diagnostica un cáncer al páncreas. Recibe la noticia como un don de Dios. Su cuarto se convierte en lugar de peregrinación al que acude gente de todos los medios sociales. Recibe a muchos, da instrucciones sobre el Hogar, aconseja, bendice. Hasta el último momento da testimonio de la delicadeza de Dios con él.

Muere santamente, en total paz y tranquilidad el 18 de agosto de 1952.
Su amigo de toda la vida, el obispo Manuel Larraín, preside su masivo funeral. Durante el sepelio muchos son testigos de un hecho extraordinario: al sacar el ataúd de la iglesia, se forma en el cielo una cruz de nubes tan nítida que obliga a arrodillarse a muchísimas personas.

Los restos del P. Hurtado son sepultados junto a la Parroquia de Jesús Obrero. Hoy se encuentran en el Santuario que está junto a esa parroquia.

Declarado Santo
El 16 de octubre de 1994, el Papa Juan Pablo II lo beatifica en la Plaza San Pedro del Vaticano, y el 23 de octubre de 2005 fue declarado Santo por el Papa Benedicto XVI.

Es notable que el Congreso Nacional por unanimidad para recordar el día de su muerte haya establecido en 1992 en todo el país, el “Día de la Solidaridad”. Son innumerables las calles, plazas, colegios y otras instituciones que hoy llevan su nombre. Al Santuario del Padre Hurtado, llegan miles de personas a encomendarse a él o pedirle algún favor. Pero más que nada, a recibir la paz de su espíritu y a conocer también la vida de este Hombre Santo.

Fuente: Santuario del Padre Hurtado
Santiago, 16 de Enero, 2008

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