Un llamado a construir un mundo de fraternidad y paz, a partir de los dones que el Señor regala a cada persona, realizó monseñor Ricardo Ezzati, arzobispo de Concepción, tanto en la Misa del Gallo, el lunes en la noche, como en la Misa de Navidad de ayer miércoles, al mediodía, en la catedral de la ciudad.

Al concluir la misa del lunes en la noche, el arzobispo sostuvo por varios minutos, en sus manos, una imagen del Niño Jesús, para que los numerosos fieles hicieran un signo de adoración, antes de ser depositada en un pesebre instalado en el templo.

“La Navidad – dijo el prelado - es la luz que sigue brillando como la esperanza para que en nuestra vida, sepamos que alguien que es Padre y Dios nos regala su misma vida divina”. Dijo que en los días previos a la Navidad, se vio la ciudad moverse de un lado para otro; con mucha propaganda en los medios de comunicación, ofreciendo “migajas de felicidad”. Por eso, llamó a los fieles a llenarse fe para encontrarse con el don que Dios regala a los hombres y mujeres, en esta fecha. “Ese don que llena nuestra vida de sentido y nos da la capacidad de amar y llena el corazón de esperanza”, recalcó.

Pidió no contentarse “con las migajas de luces o de bienes materiales que nos ofrece nuestra sociedad de consumo. Queremos algo más intenso, algo más profundo, queremos abrir el corazón para acoger el don de Dios, que sacia la sed de felicidad y de amor”, argumentó, llamando a construir un mundo de gracia, fraternidad y paz. Alabó el ejemplo de muchas mujeres que en sus hogares, de matrimonios y de jóvenes que, en nombre del Señor, se esfuerzan por construir un mundo más limpio, más fraterno y más lleno de amor.

Misa en parroquias y colegios

Celebraciones similares se realizaron en todas las parroquias y comunidades, en que el mundo católico acudió masivamente antes de la cena en sus hogares. En el Colegio San Ignacio de Concepción, se celebró la última misa en el edificio actual, ubicado en calle Carrera, ya que en marzo la comunidad escolar se trasladará al nuevo establecimiento en la comuna de San Pedro de la Paz. El signo más atractivo de la celebración del colegio fue el “pesebre en vivo”, incluyendo a una guagua en el papel del “Niño Jesús”.

Otro signo navideño y de solidaridad fue la tradicional entrega de alimentos, a cerca de 50 niños y mujeres que piden limosnas en las calles del centro de la ciudad por parte de un grupo de católicos, en la medianoche, en el atrio de la catedral.

Fuente: Comunicaciones Concepción