Mons. Ezzati pidió orar por textiles, pescadores y mapuches
En su mensaje de Navidad:
Mons. Ezzati pidió orar por textiles, pescadores y mapuches

Monseñor Ricardo Ezzati, Arzobispo de la Arquidiócesis de la Santísima Concepción, pidió a la comunidad a orar y pedir caminos de solución a los graves problemas sociales que enfrenta esta zona. Particularmente, pidió orar porque en Tomé “hay obreros y familias angustiadas por su futuro laboral; que en el borde costero se echan las redes al mar y, sin embargo, las barcas no se llena de peces. Le diremos también en que, entre nosotros, hay un pueblo originario que anhela voz y reconocimiento en la comunidad nacional, que, a veces, se ve entrampado y obnubilado, por la tentación de la violencia, cuando , en cambio, se reconoce con vocación de tolerancia y de paz”.

El texto de su mensaje de Navidad fue entregado a la prensa de Concepción, en la capilla de la casa central de la Universidad Católica de la Ssma. Concepción, donde posteriormente compartió algunos con los reporteros y camarógrafos y les entregó su especial saludo de Navidad junto a sus familias.

Inició su mensaje con palabras de SS Benedicto XVI “Sin Él, no hay luz, No hay esperanza, No hay amor, No hay futuro”. Este mismo mensaje se encuentra en una gran pancarta en el frontis de la catedral penquista, para recordar a la gente que vive agitados días de compra en el comercio.

“Con estas palabras del Papa Benedicto XVI, formulo mi saludo de bendición y de paz con ocasión de la celebración de la fiesta de la Navidad. Para todos y para cada uno, para quienes celebran esta fiesta en el calor del hogar y para quienes estarán solos y abandonados, para los niños, los jóvenes y los ancianos, Feliz Navidad. Qué sea una fiesta de gozo y de paz para todos: en Belén de Judá nos ha nacido el Salvador. Esta es la hermosa y gran noticia llena este día: Dios ha venido a habitar entre nosotros; a compartir Su Vida con la nuestra y a invitarnos a la gran fiesta de la fraternidad. Vayamos a Belén. Allí encontraremos al hijo de Dios, paz y esperanza nuestra, hecho Niño, pobre y frágil que invita a acogerlo. Él es el Camino, la Verdad y la Vida. De Él somos discípulos y misioneros”, agregó.

Le contaremos también que la pobreza, las injusticias y el abandono son el duro pan de cada día para demasiados hermanos y hermanas; que para tantos el trabajo sigue esquivo y los salarios muchas veces, insuficientes: Le diremos al Niño Jesús

Dirigiéndose a los habitantes de la zona, expresó: “Confiada y amistosamente deseo golpear la puerta de sus hogares, pidiéndoles, con humildad, que me dejen entrar. Deseo anunciarles una buena noticia: la más hermosa y esperada noticia: Dios ha visitado a su Pueblo. En belén les ha nacido el Salvador, que es Cristo Jesús. Viene con el don de un amor infinito, con su paz, con su bondad. En Belén se ha manifestado la Luz que los ilumina, la Verdad que los orienta en el camino futuro del mundo: vayan, vayamos a Belén. Acompañemos a los pastores y a los sabios de Oriente; como María y José, detengámonos, asombrados, ante el misterio; con los Ángeles cantemos la gloria de Dios y la paz para los hombres”.

Luego con la pregunta ¿Qué le contaremos y qué le pediremos al hijo de Dios, recostado en el Pesebre? Añadió que “le diremos que nuestra Región hay tanta bondad en el corazón de mucha gente; que la justicia y la solidaridad sigue floreciendo en el alma de los hombres y mujeres de nuestra ciudades y campos; que muchos jóvenes creen en un mundo más transparente y limpio y que trabajan para globalizar la solidaridad, que, cada día, numerosas mujeres amasan el pan de la comunión y del amor hogareño; que muchos fon fuente y transmiten sabiduría de vida y de paz del corazón”.

“Le contaremos también que la pobreza, las injusticias y el abandono son el duro pan de cada día para demasiados hermanos y hermanas; que para tantos el trabajo sigue esquivo y los salarios muchas veces, insuficientes”, precisó.

Finalmente, afirmó que “en la noche santa, delante del Pesebre, pidamos que se realicen las esperanzas de paz, de salvación y de justicia de las que nuestro territorio tiene mucha necesidad. Pidamos a Dios que la violencia se venza con la fuerza del amor, que los malos entendidos cedan paso a la reconciliación y que la prepotencia se transforme en deseo de perdón, de colaboración y de servicio”, concluyó en parte su mensaje.

Fuente: Comunicaciones Concepción
Concepción, 21 de Diciembre, 2007

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