Con la asistencia de numerosas personas de zonas rurales de la Región del Maule, en la mañana del miércoles 19 de diciembre fue presentada en la Diócesis de Talca la Carta Pastoral a los hombres y mujeres del campo chileno “Discípulos misioneros de Jesucristo para un tiempo nuevo”.
Durante la conferencia de prensa realizada en dependencias del Obispado de Talca, Monseñor Horacio Valenzuela expresó que esta carta llega como un verdadero regalo de Navidad, “ya que la Navidad nos hace comprender por qué la Iglesia hace una carta como esta. En Navidad el Hijo de Dios se hizo hombre y vino a preocuparse de todo lo nuestro”.
“La carta nace de una preocupación de la Iglesia: la persona humana ha dejado de ser el centro del desarrollo. Lo económico es lo que manda, no las personas (…) La Iglesia quiere entregar una especie de "harnero" en que todos los actores sociales –el gobierno, los empresarios, los sindicatos, los trabajadores agrícolas, los pequeños propietarios-, tengan elementos para actuar con lucidez”, afirmó el Obispo de Talca.
“Este harnero puede estar hecho con los siguientes 'alambres': el primero es el respeto a la dignidad de toda persona, nadie es un número ni una cosa, todo ser humano es imagen de Dios. En segundo lugar la solidaridad en la relaciones con el mundo rural. Tercero, la subsidiaridad, entendida como que todos tienen algo qué decir en el campo, hoy sentimos que la estructura social está dando la posibilidad de crecer solo a los que son muy grandes. Y el cuarto 'alambre' es el destino universal de todos los bienes”.
Por último, el Prelado manifestó que la carta es un llamado “a todos los actores a considerar de un modo nuevo el mundo rural. Creemos que en Chile no se protege el mundo rural, en otros países cuidan a sus agricultores; por eso es tarea de todos proteger a los hombres y mujeres de campo”.
Posteriormente dieron testimonio de la relación y vivencia con el mundo rural Enagenor Salazar, dirigente campesino; Marisol Pavez, del Consejo de Mujeres Temporeras de Curicó; y Antonio Walker, empresario frutícola y dirigente gremial. Todos ellos se refirieron a sus realidades, reconociendo y agradeciendo al apoyo de la Iglesia. Cabe destacar que estas tres personas participaron en los encuentros previos que ayudaron a la génesis de esta carta pastoral.
En la oportunidad llamó poderosamente la atención la propuesta del empresario Antonio Walker, quien acogiendo el llamado de Iglesia indicó que el agricultor tecnificado, aquel que está exportando pudiera hacerse cargo de un productor chico, de un parcelero que tiene 1 ó 2 hectáreas de cerezas por ejemplo, como una forma de apadrinamiento. “Así, con el apoyo de la Iglesia y las asociaciones gremiales, llevar de la mano a un pequeño productor e insertarlo en el mundo de exportación”, mencionó el empresario.
Casi al finalizar la conferencia de prensa el Director de la Fundación Crate y del Departamento de Pastoral Social de la Diócesis de Talca, Jorge Brito, comentó que la carta es un mensaje de esperanza de los Obispos para entender al mundo rural. “Este texto es de suma importancia para nuestra zona ya que somos la región con más alta ruralidad. La carta pastoral viene como anillo al dedo a la identidad de la Región del Maule. Los valores básicos de nuestra sociedad y nación vienen del mundo rural”, señaló Jorge Brito.
“Esta carta no puede quedar como un documento sino que tiene que ser un material de trabajo, y la idea es trabajarlo en un diálogo, en la búsqueda de un nuevo trato y fortaleciendo la identidad rural”, concluyó.
Sin duda, este será un arduo trabajo para todos los chilenos: cuidar a los hombres y mujeres de campo haciendo nuevas propuestas a los desafíos nuevos que plantea la vida rural. Los Obispos nos llaman a la acción, a mirar la acción de Dios en nuestros corazones.
Fuente: Comunicaciones Talca
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