Nuevas formas de pobreza, exclusión y marginación interpelan a los comunicadores
Nuevas formas de pobreza, exclusión y marginación interpelan a los comunicadores

El III Congreso Latinoamericano y Caribeño de Comunicación se inauguró en Loja, Ecuador, con una Videoconferencia inaugural en que intervino el Presidente del Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales.

"Los profundos cambios de nuestras sociedad nos interpelan, no sólo como ciudadanos, sino también como cristianos y también como comunicadores", expresó el presidente del Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales, Monseñor Claudio María Celli, durante la videoconferencia inaugural del III Congreso Latinoamericano y Caribeño de Comunicación, que comenzó oficialmente la noche de este lunes 15 de octubre, en Loja, Ecuador.

Los comunicadores católicos de Chile están representados en este Congreso por Alejandro Caro, consejero de la Coordinadora de Comunicadores Católicos (Signis Chile).


Citando la preocupación de los obispos reunidos en Aparecida, monseñor Celli dijo que "los pueblos de América Latina y El Caribe viven hoy una realidad marcada por grandes cambios que afectan profundamente sus vidas" ( D.A. 34) y que tienen un alcance global y que afectan al mismo tiempo al mundo entero", agregó monseñor Celli.

Según dijo, el tercer congreso de comunicación, organizado por la OCLACC y la UTPL, "es una oportunidad privilegiada para hacer un alto en el camino e iniciar una reflexión sobre cuál es el sentido unitario y completo de la vida humana, hacia dónde nos dirigimos, cuál es nuestra meta".

"Las nuevas formas de pobreza, de exclusión y marginación del ecosistema comunicativo en el que existimos nos interpelan a dar respuestas a cómo ser comunicadores hoy. El Continente de la Esperanza sigue siendo flagelado por el escándalo de la pobreza y la exclusión social que exigen acciones de verdadera promoción humana por parte de quienes hemos tenido más oportunidades en la vida", puntualizó.

Monseñor Celli constató que "Como comunicadores estamos todos llamados a buscar y a defender la Verdad que dignifica la persona humana, que defiende la vida, que promueve la solidaridad, la caridad, que devuelve el espacio para hacer oír su voz a aquéllos cuya voz no era escuchada; y que en definitiva busca construir una sociedad más justa y más fraterna.

Los miembros y simpatizantes de la Organización Católica Latinoamericana y Caribeña de Comunicación están pues llamados a ser testigos de la Verdad que les ha sido confiada en lo más profundo de su vocación y servicio a la comunidad, teniendo presente en cada momento que "solo la verdad nos hará libres" (Jn. 8,32), y que toda comunicación se realiza en orden a una mayor unidad de las personas, a una comunión entre ellas ( D.A. 163)", señaló.

Comunicación: ciudadanía y valores

Para monseñor Celli, "ejercer una ciudadanía responsable desde los medios de comunicación social en esta sociedad de la información supone hacer una verdadera opción por servir a la verdad, la libertad auténtica, al bien común y a la paz. Por ello es vital para los comunicadores de esta nueva generación comunicar los valores cristianos – que no sen contradicen en lo más mínimo con los valores humanos – y que encuentran en cada momento histórico nuevas formas de expresión. Los recién creados espacios de socialización requieren nuevos ciudadanos, varones y mujeres íntegros, formados, participativos, co-responsables que sean capaces de transmitir sus convicciones con referentes éticos y espirituales.

Nuestra fidelidad al Evangelio, como comunicadores cristianos, nos exige proclamar en todos los areópagos públicos y privados del mundo de hoy, y desde todas las instancias de la vida y misión de la Iglesia, la verdad sobre el ser humano y la dignidad de toda persona. ( D.A. 390) por lo que debemos ser conscientes que el "éxito de nuestros proyectos" no puede medirse con los parámetros de los raitings a cualquier costo; los intereses privados o ideologías trasnochadas que distraen la buena práctica de la ética y el profesionalismo que las personas esperan de nosotros"

Una comunicación que impulse la buena ciudadanía implica, por ejemplo, una renovada caballerosidad en los varones que, superados antiguos esquemas de machismo, se pongan con intrepidez al servicio de los sectores más desprotegidos de la sociedad. Para las mujeres, ciudadanía significa un ejercicio maduro y pleno de su presencia en todos los ámbitos de la vida social aportando sus carismas ( D.A. 451) y el "genio femenino" tan valorado por el Papa Juan Pablo II.

Anunciar a Cristo en la Sociedad de la Información

El representante del Pontificio Consejo para las Comunicaciones subrayó que en "Todo el Documento de Aparecida es un impulso a la comunicación misionera. Los Obispos ven ya a la sociedad y a la Iglesia en clave comunicativa para el encuentro con Dios y para la experiencia de la comunión.

Según explicó, entre los desafíos para los comunicadores católicos se destacan la "Inculturación del Evangelio en la sociedad de la información", "la armonización entre las diversas e innumerables iniciativas eclesiales", "la formación para no ser "analfabetos mediáticos" ignorando el abecedario del lenguaje de hoy, gestionado perfectamente por niños y jóvenes"; "el sentido, expresado por el Documento de Aparecida", "la información, que evite las deformaciones informativas sobre la Iglesia y su mensaje", la inclusión de nuestros hermanos y hermanas menos favorecidos; y la Identidad"

"Al inaugurar este tercer congreso de comunicadores de Latinoamérica y el Caribe, deseo dirigirme a todos los participantes y a aquéllos que no han podido venir por distintas razones: es necesario mantener una identidad cristiana madura en nuestra forma de comunicar y de buscar la Verdad. Ser de Cristo, significa estar llenos del Espíritu Santo y sentirnos hijos con el Hijo, miembros de un pueblo que humilde y gozosamente anuncia la Misericordia de Dios en el momento histórico que le ha tocado vivir", dijo Monseñor Claudio María Celli.

Fuente: OCLACC
Loja, Ecuador, 15 de Octubre, 2007

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