Con un
llellipun (rogativa) y un almuerzo de celebración, la comunidad Pantano Antipi de Lumaco, recibió oficialmente maquinarias agrícolas que le permitirán contar con un pool de máquinas, uno de los mas completos del sector en manos de comunidades indígenas, incorporando una segadora de tracción motriz, un rastrillo estrella y un arado cincel, en el marco de un proyecto gestionado por la Fundación Instituto Indígena con fondos de la Fundación Populorum Progressio.
Concurrieron como invitados especiales para hacer entrega del aporte, Mons. Manuel Camilo Vial, Obispo de Temuco y el presidente de la Fundación Instituto Indígena, Ariel Burgos, junto a profesionales de la misma Institución.
Mons. Vial ofició una significativa ceremonia en la que se oró por la comunidad, se dio gracias por el proyecto y se bendijo las herramientas de trabajo.
El presidente de la comunidad Pantano Antipi, José Cayuqueo señaló que este tipo de apoyos son muy importantes para ellos “ya que permiten trabajar plenamente el campo y tener independencia de los servicios externos que nunca nos atendían a tiempo y que llegaban tarde para la cosecha, cuando el pasto se subía, porque prefieren trabaja con propietarios mas grandes, esto va a cambiar sustantivamente y además vamos generar ingresos a través del arriendo”.
La Comunidad Pantano Antipi contaba con tractor, pulverizador, rastra y sembradora adquiridos con recursos del programa Orígenes 1 fase, a lo que ahora se suma la ayuda de la Fundación Populorum Progressio, armando así un set completo de maquinaria agrícola.
El financiamiento de la iniciativa proviene de la Fundación Populorum Progressio, institución fundada por el papa Juan Pablo II para promover el desarrollo integral de las comunidades de campesinos e indígenas de América Latina y ser testimonio del anhelo cristiano de fraternidad y solidaridad, es presidida por Consejo de Obispos latinoamericanos y un representante de la Santa Sede y tiene su matriz en Bogota. Esta institución benefició con 8.000 dólares a esta comunidad, que financiaron la adquisición de maquinarias, con el fin de utilizar el extenso predio de 320 hectáreas de la comunidad y que no podían trabajar a plenitud por falta de equipamiento.
Marcelo Vidal, jefe del área productiva de la Fundación indica que “lo relevante de estos proyectos es que son complementarios a toda la inversión que ya se ha hecho en apoyo técnico, asesoría y capacitación, apuntando concretamente a inversión en bienes, lo que deja a las comunidades en un muy buen pie productivo”.
Son 37 familias beneficiarias directas los que podrán trabajar finalmente el predio comunitario que poseen, y sacarle el máximo provecho productivo. Además, esta comunidad estará en condiciones de prestar servicios a otras familias del sector que necesitan también de estas maquinarias, y por supuesto obtener ganancias.” complemento el agrónomo Marcelo Vidal.
Otro proyecto similar también gestionado por la Fundación Instituto Indígena se ejecutó en la comunidad Huenchun Huenchuñir que se adjudicó una iniciativa para la producción de hortalizas bajo invernadero por un monto de 9000 dólares que les permitirá explotar sus buenas condiciones de cultivo aprovechando su viabilidad comercial hacia Traiguén y Lumaco urbano.
Fuente: Fundación Instituto Indígena
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