Más de 600 madres adolescentes son atendidas por este programa. Se acompaña a madres y padres adolescentes, que han optado por la vida, con el fin de aportar al mejoramiento de la calidad de vida de ellos y de sus hijos.
Esto se potencia a través de un compromiso con la comunidad orientado a apoyar a los jóvenes que han sido padres tempranamente, trabajar en la prevención del embarazo adolescente y frenar la deserción escolar de las madres.
Con ello, se está apostando a romper el círculo de la pobreza.. Así mismo, se busca promover la paternidad responsable a través de la toma de conciencia del rol masculino activo en el cuidado de hijas e hijos.
Este no es un tema menor, si consideramos que cada año nacen más de 38 mil hijos o hijas de madres menores de 19 años.
El último censo nacional del año 2002 indica que el 12.3% de las jóvenes entre 15 y 19 años declara tener hijos, es decir, 77.291 niñas se encuentran en la condición de maternidad adolescente. De ese total, un 57% desertó en los primeros años de estudio, o bien, sólo ha completado su educación básica, lo que “agrava la condición de pobreza asociada a la falta de educación que impide aspirar a trabajos bien remunerados que requieren de grados de preparación para ejercerlos”.
Esta situación se agrava cuando las adolescentes madres de un solo hijo tienen altas probabilidades de volver a embarazarse. Así lo reflejan las estadísticas que nos dicen que de 38 mil hijas e hijos de madres entre 15 y 19 años, cuatro mil son segundas hijas o hijos, y más de 300 son terceros, cuartos o quintos.
Romper con el entorno opresivo
Tanto las adolescentes que abandonan sus estudios por estar embarazadas y las que se embarazan por haber desertado del colegio tienen pocas posibilidades de volver a estudiar, por lo que difícilmente conseguirán lo que la OIT denomina “trabajo decente” (productivo, estable, con remuneración justa, protección social, en condiciones dignas y en el que existan posibilidades de sindicalización).
El llamado en el mes de la solidaridad es a colaborar en Parroquias, Capillas y Comunidades de Santiago. De esta forma se podrá ofrecer herramientas específicas a estas cientos de niñas- mamás para mejorar su calidad de vida y ayudarlas a salir de la pobreza y el desamparo.
Es una acción concreta y eficaz, que responde al espíritu del Padre Hurtado que este mes nos inspira y nos dice: “Nuestra tremenda responsabilidad: Los llamados a reconstruir el mundo somos nosotros. Es una realidad total los únicos que podemos cambiarlo somos nosotros”.
Formas de ayudar:
• Colecta Dominical 12 de Agosto en Cada Parroquia, Capilla, y Comunidad
• Depositando en la Cuenta Corriente del Banco de Chile Nº 170-01386-03 Vicaria Pastoral Social.
Más información sobre éste u otros programas en
www.vicaria.cl
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Fuente: Caritas Santiago