Más de 150 servidores celebraron el Jubileo del Voluntariado
En el Día de la Solidaridad
Más de 150 servidores celebraron el Jubileo del Voluntariado

En un ambiente de fraternidad y servicio, el lunes 18 de agosto, al atardecer, se celebró en el Templo Catedral, el Jubileo del Voluntariado de los decanatos Temuco Norte y Sur, día en que se conmemora el Día de la Solidaridad en honor a San Alberto Hurtado.

Más de 150 voluntarios de distintos servicios pastorales —entre ellos Cáritas, Pastoral Carcelaria, Pastoral Hospitalaria, Comedores Fraternos— participaron de una jornada de encuentro y reflexión, emotiva celebración jubilar para dar gracias a Dios por la misión del voluntariado, festejo marcado por un profundo reconocimiento a quienes, movidos por el Evangelio, entregan su tiempo y corazón en el servicio a los demás, especialmente en este tiempo de Centenario.

La instancia incluyó un espacio formativo guiado por el sociólogo Felipe Paillao, quien profundizó en el desafío del desarrollo sostenible, el cuidado de la Casa común y la dignidad del trabajo como expresión de respeto al ser humano y a la creación.

Los voluntarios compartieron momentos de diálogo, discernimiento y escucha mutua, valorando la riqueza de servir en distintos ámbitos de la Iglesia diocesana.

Posteriormente, el vicario pastoral, Pbro. Giglio Linfati, agradeció la entrega generosa de cada voluntario, recordando que el servicio es un don de Dios que transforma la vida de quienes lo ejercen y de quienes lo reciben.

Luego, la comunidad se congregó en la Santa Misa jubilar, presidida por el obispo diocesano, Mons. Jorge Concha Cayuqueo, OFM, quien en su homilía animó a los voluntarios a permanecer en fidelidad al Evangelio, subrayando que su servicio “está en la línea que Jesús nos pide, en sintonía con las palabras de San Alberto Hurtado, dar hasta que duela”.

El Señor es quien llama y envía
En sus palabras, el obispo diocesano subrayó que “el Señor es quien llama, quien toca el corazón y no deja tranquilo a quien desea servir”. Recordó que los enfermos, los privados de libertad, los pobres y quienes sufren necesitan no sólo ayuda material, sino sobre todo consuelo y esperanza, algo que únicamente Cristo puede entregar, "Él es sensible al dolor humano y pone en el corazón de muchos hombres y mujeres el deseo de servir, de tender la mano, de consolar”, expresó.

Destacó que los voluntarios -ahí reunidos-, representan a una multitud de hermanos y hermanas dispuestos a tender la mano en diversos ambientes. “El voluntario cristiano encuentra su fuerza en el Evangelio, ahí está el verdadero sentido de su servicio”, afirmó, agradeciendo a tantos hombres y mujeres que, inspirados por el amor al prójimo, se convierten en puentes de encuentro y solidaridad en la sociedad actual, “El voluntario cristiano encuentra su fuerza en la Palabra de Dios. Allí está la fuente de su alegría, de su entrega y de su perseverancia”.

El obispo también resaltó que la Iglesia posee muchos carismas y que es el Espíritu Santo quien dispone los corazones para que su obra se haga vida en las personas. “Nos hemos reunido para confirmar que vamos en el camino correcto. El voluntariado de nuestra diócesis es signo concreto del amor de Cristo que se hace servicio, cercanía y esperanza en medio de tantas dificultades”, señaló.

En el marco del Día de la Solidaridad, monseñor destacó con especial gratitud la figura de San Alberto Hurtado, cuya vida y legado siguen iluminando a la Iglesia en Chile. “El Padre Hurtado nos enseñó que ayudar es siempre ir hacia las periferias, estar cerca de los que más sufren y que no podemos quedarnos tranquilos mientras haya un hermano que necesite de nuestra ayuda”, manifestó.

Asimismo, enfatizó que en el marco del Centenario diocesano, esta celebración es una gran ocasión para reconocer y agradecer la riqueza de carismas presentes en la Diócesis “desde el mar hasta la cordillera” y pedir al Señor que continúe animando el servicio, ayudando a superar dificultades y desafíos.

Finalmente, agradeció a todos los que, en silencio y sin buscar reconocimiento, viven la caridad cristiana en hospitales, cárceles, comedores solidarios, catequesis, acompañamiento a enfermos y en tantas otras instancias de servicio. “Ustedes representan a una multitud de hermanos que responden generosamente al Señor. Son puentes de unidad y esperanza en nuestra sociedad y su entrega es un signo vivo del Evangelio”,

Señalar que el obispo impartió la indulgencia plenaria.

Testimonios
Compartimos algunos testimonios de quienes, con su servicio, hacen presente el Evangelio en medio de la comunidad:

María Cecilia, voluntaria de Cáritas, quien sirve en el hospital rgional, compartió que “para mí ser voluntaria es amor”.

Laura Aguilar, de la parroquia Jesús de la Misericordia de Labranza, expresó que ser voluntaria es “un privilegio, especialmente al llevar la comunión a los enfermos”.

Eliana Suárez, de la pastoral del adulto mayor, manifestó que “ayudar es algo que uno lleva clavado en el alma y dan ganas de servir a los demás”.

Don José Carrasco, diácono y parte de la unidad de acompañamiento espiritual del hospital regional, señaló que “es una hermosa experiencia el poder servir a los hermanos en el centro hospitalario”.

Aaron Salinas, voluntario institucional de la Universidad Católica de Temuco, afirmó que “ser voluntario es contribuir a la comunidad, ser más humano con el entorno donde uno se encuentra”.

Francisca Rondón, estudiante de la pastoral de la misma universidad, subrayó que “para nosotros el modelo de servicio es la persona de Jesucristo”.

Juanita Pérez, de la pastoral carcelaria, destacó que “estar en la pastoral carcelaria es servir el mandato de Cristo de ir donde el hermano que sufre”.

Estos testimonios reflejan la riqueza del servicio voluntario en la Iglesia, manos y corazones que, animados por el Espíritu Santo, hacen presente el amor de Cristo allí donde más se necesita.

Fuente: Comunicaciones Temuco
Temuco, 20 de Agosto, 2025
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