Agentes de Pastoral Social de Concepción vivieron Jubileo en el marco del Día de la Solidaridad

El punto de encuentro fue la plaza frente al Hogar de Cristo en la esquina de calles Manuel Rodríguez con Serrano, donde existe una imagen de San Alberto Hurtado. Allí, el Obispo Auxiliar de Concepción y Vicario de Pastoral Social Monseñor Oscar García, motivó a los presentes recordando la vida y obra del santo chileno.
Durante el trayecto hubo estaciones que reflexionaron sobre la realidad pastoral y el lema “Encontrémonos para ser rostros de esperanza”, guiados por la pregunta ¿qué haría Cristo en mi lugar? Cargaron la cruz y la reliquia de San Alberto Hurtado representantes del Hogar de Cristo, miembros de la Vicaría Pastoral de Juventud y de la Pastoral Familia y Vida, también voluntarios de la Pastoral Carcelaria y Pastoral Migrante.
Ya en el Templo Catedral, los peregrinos participaron de un momento de adoración al Santísimo, para luego vivir la Eucaristía presidida por el Arzobispo de Concepción Monseñor Sergio Pérez de Arce SSCC, concelebrada por los Obispos Auxiliares Bernardo Álvarez y Oscar García.
Monseñor Sergio señaló a los presentes “hoy queremos hacer memoria de San Alberto Hurtado, visita de Dios en nuestra patria, profeta y anunciador del amor de Dios para con los pequeños y los pobres”. Y prosiguió afirmando que el Evangelio refleja muy bien a San Alberto Hurtado, un cristiano que tenía el fuego de Cristo en su corazón. “Este fuego era auténtico y nacía de su unión a Cristo, no eran solo sus cualidades humanas que eran extraordinarias, inteligente, simpático, un líder, sin duda, pero su fuego no nacía solo de eso, sino que nacía de su unión a Cristo, desde siempre”.
Entonces, prosiguió el Arzobispo, “la invitación es a que nos unamos más a Cristo cada día, para que en nosotros habite ese fuego del amor y de la fe que es Cristo y podamos también dar testimonio de este amor, y como Alberto Hurtado encender otros fuegos, a pesar de nuestro pecado y pequeñez”.
Finalmente, el celebrante reflexionó acerca de lo que puede significar hoy en nuestra patria y en Chile vivir la solidaridad. “Obviamente con los años, la sociedad chilena ha ido cambiando. En esta cultura tenemos que dar testimonio de nuestro amor y de nuestra fe. Simplemente, quisiera señalar dos cosas: primero, poner siempre al centro a la persona humana, al que sufre, al pequeño, al pobre, al hermano que está con nosotros”. “Y lo segundo que quisiera decir, y eso es la solidaridad, que busquemos siempre el bien común y no el bien personal. Como Iglesia debemos buscar siempre el bien común y en la medida que buscamos el bien común integramos también nuestro bien personal. En eso podremos ser seguidores de Jesús, que busca siempre el amor, la justicia y la paz para todo su pueblo”, señaló.
Finalizada la Eucaristía hubo mucha alegría entre los distintos voluntarios, donde se encontraban agentes de las pastorales social, de la salud, penitenciaria, de personas mayores y de migrantes, junto a las demás instituciones que conforman la Comunidad Mes de la Solidaridad: las Vicarías Episcopales de Educación y de la Juventud, el Hogar de Cristo, la Universidad Católica de la Santísima Concepción, Red Apostólica Ignaciana y Fundaciones Sociales del Arzobispado. También estuvieron presentes distintas comunidades de la Pastoral Familia y Vida, que igualmente vivieron su Jubileo este día.
Fuente: Comunicaciones Concepción