Diácono Orlando Ovando Bravo recibe reconocimiento por su aporte a la comunidad de Cerro Sombrero en su 60° aniversario

Este año, Cerro Sombrero, la capital de la comuna de Primavera en la Provincia de Tierra del Fuego, región de Magallanes, cumple seis décadas desde que, el 5 de agosto de 1965, bajo la gestión del entonces Intendente Regional Don Mateo Martinic Beros, se decretara mediante el Decreto Provincial Nº41 la transformación del Campamento Cerro Sombrero en Pueblo, estableciéndolo como cabecera de la nueva comuna.
En conmemoración de este importante aniversario, la ilustre municipalidad de Primavera ha querido destacar a hombres y mujeres que han dejado huellas imborrables en la historia y el desarrollo de la comunidad. Entre ellos, se ha otorgado un especial reconocimiento al diácono Orlando Ovando Bravo, por su entrega y servicio constante en la parroquia Padre Hurtado de Cerro Sombrero y sus alrededores.
El diácono Orlando Ovando Bravo, nacido el 18 de junio de 1939, ha sido distinguido como Ciudadano destacado de Cerro Sombrero por su compromiso desinteresado y su dedicación a la comunidad. Casado con Inés Ulloa Canales (Q.E.P.D) y padre de cuatro hijos, su vida ejemplifica fidelidad, amor por la Iglesia y entrega al servicio comunitario.
Ordenado como diácono el 29 de junio de 1985, Orlando Ovando ha desarrollado un ministerio fecundo, destacándose por su labor en el Departamento de Misiones y en las Obras Misionales Pontificias, promoviendo el espíritu misionero en toda la diócesis.
Su huella pastoral es palpable en las diferentes comunidades donde sirvió con cercanía, sencillez y compromiso: la Parroquia San Alberto Hurtado de Cerro Sombrero, Cristo Obrero, la Comunidad Santo Cura de Ars y el Santuario María Auxiliadora.
Al recibir esta distinción, celebramos no solo sus años de servicio, sino también su entrega silenciosa y perseverante, que ha sido un testimonio vivo de esperanza y fe en Cristo Servidor. Su ejemplo inspira a toda la comunidad a seguir construyendo un territorio de paz, solidaridad y espiritualidad.
Fuente: Departamento de Comunicaciones Diócesis de Punta Arenas