Justicia y Paz condena ataque a parroquia en Gaza: “La guerra siempre es una derrota”

Junto con adherir a las
palabras del arzobispo de Santiago, Mons. Fernando Chomali ante el ataque a la única parroquia católica en Gaza, la Comisión lamentó la grave situación humanitaria que se vive en la zona, denunciando que “sus hospitales se encuentran destruidos o no tienen la energía eléctrica que necesitan para funcionar, ni tampoco cuentan con lugares seguros para asentarse, ni la ayuda mínima humanitaria para sobrevivir”.
Asimismo, destacan que el
Papa León XIV recibió un llamado del primer ministro Benjamín Netanyahu, en el que el Pontífice “volvió a pedir el término de la guerra y le reiteró también su profunda preocupación por la dramática situación humanitaria que vive la población en Gaza, cuyo sufrimiento recae especialmente sobre los niños, los ancianos y los enfermos”.
Condenan además, las palabras de Netanyahu, respecto a que la paz se logra con la fuerza. "La Paz es fruto de la justicia y más todavía, fruto del amor. La violencia solo siembra odio y muerte, deseo de venganza, represalias es algo que no acaba… Solo podremos alcanzar la paz si se reconoce al otro como una creatura igual, hermana y con los mismos derechos y deberes para hacer uso y cuidar de esta tierra que Dios nos regaló", enfatizaron.
La declaración insiste en que “la situación en que se encuentra viviendo el pueblo gazatí es inhumana, de una crueldad que sólo puede vivirse en una guerra que no respeta los límites que regulan cómo llevar a cabo un conflicto de este tipo”.
Finalmente, la Comisión hace un llamado urgente a la comunidad internacional, a los cristianos y a todas las personas de buena voluntad: “a romper el silencio cómplice que permite la continuación de este genocidio; a las autoridades a profundizar los esfuerzos diplomáticos para dar una salida política al conflicto entre Palestina e Israel y a unirnos en oración por quienes hoy sufren la guerra”.
El mensaje concluye animando a sembrar esperanza desde la vida cotidiana: “esa paz desarmada, desarmante y perseverante a la que nos llama el Papa León XIV”, como legado para niños y jóvenes, que “tienen derecho para vivir y ser felices”.
Fuente: Comisión Nacional Justicia y Paz