Iglesia de Santiago se despide del Padre Juan de Castro
Iglesia de Santiago se despide del Padre Juan de Castro

Muchos han sido los feligreses y los hombres públicos que han ido a despedirse del Padre Juan de Castro Reyes en el templo de la Recoleta Dominica.

El antiguo y hermoso templo ha visto pasar, durante todo el fin de semana, hombres y mujeres de distintas edades y estratos sociales que han querido dar el último adiós a este sacerdote que cumplió tan diversas e importantes labores en la Iglesia de Santiago.

Sergio Molina, ex ministro de Educación, confidenció que conoció al Padre Juan de Castro en 1973, a través de la participación en un grupo carismático, lo que contribuyó significativamente a su conversión. Luego volvieron a trabajar juntos, esta vez en defensa de los derechos humanos tras el golpe de Estado de 1973. Así lo recuerda: “cuando fue Vicario de la Solidaridad creó un consejo de personas que lo ayudaban y yo era uno de ellos. En momentos tan difíciles él fue una voz de cordura, tranquilidad y solidaridad”. Respecto al área educacional, recuerda que fue un gran Vicario, que le dio un gran impulso a la educación católica, sobre todo a los valores que ella transmite. “Fue un aporte significativo en la elaboración de los contenidos transversales en educación”, sostuvo.

La calidad humana del sacerdote fue lo que más impresionó al rector del Colegio Seminario Menor, Ricardo Yévenes. Se conocieron en 1994, cuando el Padre Juan, como Vicario para la educación, lo impulsó a tomar la dirección del Colegio Sagrados Corazones de Alameda. “Lo recuerdo con mucha bondad, con mucha fraternidad con una gran capacidad de acogida”, señala. Parte de su herencia fueron largas conversaciones sobre la vida, llenas de una profunda y rica espiritualidad. Añade que a pesar de que su partida era deseada por el sacerdote, para encontrarse con el Señor que tanto amaba, no deja de ser muy dolorosa.

El provincial de los Padres Dominicos, Padre Félix Fernández, luego de la misa de mediodía indicó que el Padre Juan De Castro contagió de mucha vida y alegría a la congregación. Al mismo tiempo agradeció los dones espirituales del sacerdote como su sencillez al entrar a la orden de los dominicos e indicó que su partida deja un vacío en los corazones de sus amigos y compañeros de congregación.

Fuente: DOP www.iglesiadesantiago.cl
Santiago, 17 de Junio, 2007

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