Como es tradicional en nuestra Iglesia Diocesana, el 31 de diciembre se celebra, en eucaristía única, la misa por la paz, en vísperas de la Jornada Mundial de la Paz. Éste año, el pastor Diocesano Óscar ha convocado a la apertura del año jubilar en la Iglesia Catedral, celebración que se inició en el patio de la parroquia y, tras la liturgia inicial, presididos por el Cristo del desclave de la iglesia Catedral, se ingresó al templo jubilar. En la eucaristía también se entregó el premio por la paz a don Patricio Riquelme Valdés y se agradeció el generoso servicio como secretario canciller de la diócesis del diácono Óscar Núñez Valenzuela quien se acogió a retiro tras casi 25 años de servicio.
En parte de su homilía, el padre Obispo manifestó:
“Hoy, como Iglesia diocesana de Punta Arenas, nos unimos a la Iglesia universal, después de que el Papa Francisco en la Nochebuena del 24 de diciembre, con la apertura de la puerta Santa en la Basílica San Pedro en Roma, nos invitara a entrar por la puerta de “la esperanza que no defrauda” (Rom 5,5). Entramos peregrinando, porque esto nos ayuda a comprender que estamos de paso por este mundo y la esperanza nos orienta e indica la finalidad de la vida cristiana. Entramos con alegría, porque Jubileo significa eso, alegría. Declaramos este templo Catedral como templo jubilar, para peregrinar y buscar, como enseña la Iglesia, la gracia que nos une a Dios y a nuestros hermanos: “Que la gracia del jubileo reavive en nosotros el anhelo de los bienes del cielo”. Sigamos caminando juntos en las parroquias, capillas, colegios, movimientos y programas sociales para encontrarnos con aquel que es nuestra esperanza: ¡Jesucristo! Sigamos misionando la gracia del Jubileo, con la oración, la reconciliación y la solidaridad. Sigamos comprometiéndonos en la Iglesia y en la sociedad, aportando como discípulos misioneros de la esperanza. Sigamos a Jesucristo que es el camino, la verdad y la vida.
Los invito a entrar a este nuevo año 2025, año jubilar, por la puerta de la esperanza. Que entre las muchas cosas que tenemos por hacer, agendas que cumplir, pongamos especial atención en la familia y en las vocaciones. Como la familia de Nazaret que comienza con José y María, que albergaban esperanza y proyectos de vida, Dios puso en el corazón de María esa esperanza que no defrauda, Jesucristo, y a José le pidió que cuidara de ellos. También nosotros este año jubilar pongamos atención y cuidado en nuestras familias, los niños, los jóvenes, los abuelos; pongamos atención en esas familias de inmigrantes que albergan esperanza de regularizar su permanencia en nuestro país para trabajar y vivir una vida digna. Seamos puerta para ellos y no muros, puertas de encuentro, de diálogo, de amistad y fraternidad. Seamos puerta de esperanza para la familia. Recemos por las vocaciones al sacerdocio, la vida religiosa, para el matrimonio y al diaconado permanente… recemos también por nuestro país, nuestra región, comuna y la gente que más lo necesita. Cerrémosle la puerta a la violencia y a la corrupción, abramos las puertas de par en par al buen trato, a la justicia y a la paz.
Que María, la madre de Dios, nos visite y acompañe en este año jubilar y nos acerque a su hijo Jesucristo, causa de alegría, paz y esperanza nuestra. Feliz año jubilar 2025”.
Fuente: Departamento de comunicaciones Diócesis de Punta Arenas