Obispo de Osorno a los diáconos en su día: “Ustedes están llamados a acoger y transmitir la Palabra de Dios”
Después de la homilía, a los pies del Altar del Señor, junto a sus esposas, renovaron sus promesas diaconales y pidieron, por intercesión de San Lorenzo, por su servicio pastoral, y la asamblea acompañó en silencio orante.
El obispo Carlos Godoy Labraña leyó las cuatro preguntas de la fórmula: “Queridos hijos, ¿quieren desempeñar, con humildad y amor, el ministerio de diácono como colaboradores del orden episcopal y en bien del pueblo cristiano?”. “¿Quieren vivir el misterio de la fe con alma limpia, como dice el apóstol, y proclamar esta fe de palabra y de obras, según el evangelio y la tradición de la Iglesia?”.
“¿Quieren conservar y acrecentar el espíritu de oración, tal como corresponde a su género de vida, y fieles a este espíritu celebrar las Liturgias de las Horas, según su condición, junto con el pueblo de Dios y en beneficio suyo y de todo el mundo?”. “¿Quieren imitar siempre en su vida el ejemplo de Cristo, cuyo Cuerpo y Sangre servirán con sus propias manos?”. En tanto, los diáconos, al unísono respondieron “Sí, quiero” al término de cada una de las interrogantes.
También prometieron obediencia y respeto al obispo Carlos y a sus sucesores, “Dios, que inició esta obra buena Él mismo la lleve a término”, concluyó el Pastor de la Iglesia osornina. Inmediatamente después pidieron la intercesión de San Lorenzo, en la oración por el servicio pastoral de los diáconos.
Homilía del Obispo
En su mensaje, monseñor Carlos destacó que el ministerio diaconal, prácticamente surge con la misma Iglesia: “Ella, lo ha ido comprendiendo a lo largo de su historia como sacramento del servicio de Cristo y de la comunidad cristiana en favor de los hombres y mujeres, especialmente los más pobres. Por eso es que el diaconado no se entiende fuera del sentido y de la misión de Cristo y de su Iglesia”.
“Mis queridos hermanos diáconos, al renovar hoy día su vocación diaconal no deben olvidar los rasgos fundamentales de esta inestimable vocación: El diácono nace al lado de los apóstoles y no se entiende si no está en relación con el Obispo para colaborar en la misión que tiene de evangelizar y animar a la comunidad cristiana como padre y hermano que es”, añadió en su reflexión.
También dijo que en ningún caso “deben considerar el ministerio diaconal como un grado superior a la vocación laical. Lo debemos entender siempre al servicio del pueblo de Dios, especialmente de los más pobres y marginados. El ministerio del diaconado anuncia a toda la humanidad, llena de egoísmo y de subjetivismo enfermizo, que es necesario salir de sí mismo, abriéndose al otro, dialogar, acoger, construir la vida del hermano, si se quiere ser cristiano. Es en Cristo donde el diaconado encuentra su pleno sentido”.
Aseguró además que el ministerio diaconal bebe de dos fuentes: la Palabra de Dios y la Caridad. “Ustedes están llamados a acoger y transmitir la Palabra de Dios. Recuerden que, en primer lugar, el discípulo es un oyente de la Palabra. Oyente antes que testigo. Hemos recibido la fe por la predicación. Somos creyentes, porque hemos escuchado y es bueno recordar que somos creyentes más fundamentalmente que ministros del Señor. Es la común condición que compartimos con todos los cristianos”.
Recordó además que los diáconos están “invitados a un especial ejercicio de la Caridad. Es claro que el diácono, en su configuración con Cristo Siervo, está llamado a destacarse en el servicio a los hermanos. La caridad es la expresión que define la esencia misma de Dios: Dios es amor, virtud que resume todo el proyecto de Dios para la humanidad”.
Enfatizó en la ocasión que las “realidades sufrientes reclaman un compromiso decidido de solidaridad y promoción humana por parte de los creyentes. El ministerio diaconal está animado por la urgencia de la caridad (…) La diaconía de la caridad es un signo para los fieles. El diácono con su testimonio anima a los creyentes a una verdadera práctica de la caridad, privilegiando la atención a los más necesitados”.
Recalcó también que la diaconía de la caridad conduce inevitablemente a la comunión, y aseveró que “el diácono está llamado a favorecer la comunión y a reconocerse constructor de paz y concordia”, y agradeció “muy sinceramente el servicio que prestan a nuestra Iglesia diocesana. Agradezco también a sus familias, especialmente a sus esposas que, me imagino, serán un puntal para vivir con fidelidad la vocación recibida”.
Pidió, finalmente, a todos los presentes, “que recen por sus diáconos y recemos para que sean muchos más los hombres que quieran seguir al Señor por medio de esta excelente vocación”.
Fuente: Comunicaciones Osorno