Este martes presidió la Sagrada Eucaristía Monseñor Ubaldo Santana Sequera, Arzobispo de Maracaibo y Presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana, quien dedicó un primer pensamiento a Venezuela:
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Les agradezco a todos y a todas las múltiples expresiones de solidaridad y el apoyo de sus oraciones por la nueva situación de tensión y violencia que se vive en el país por la decisión del Gobierno nacional de no renovar la concesión de frecuencia a uno de los canales televisivos privados con mayor cobertura nacional… Oremos por la globalización de la cultura de la vida en nuestros pueblos y la urgencia de los derechos humanos”, manifestó.
En su homilía, Monseñor Santana recordó la solemnidad de Pentecostés recientemente celebrada y señaló que reunidos en torno a Nuestra Señora de Aparecida los participantes de esta V Conferencia han sido testigos del cumplimiento de la promesa que transforma en discípulos misioneros a quienes siguen a Cristo.
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Así como la narración contenida en el libro de los Hechos de los Apóstoles pone de manifiesto como se difundió y dio fruto el Primer Pentecostés en los tiempos apostólicos, asimismo ha de prolongarse y manifestarse el Pentecostés de Aparecida en el “tiempo ordinario” de nuestras propias y en la vida e historia de nuestras iglesias... ¿No es acaso la misión ordinaria y fundamental de la Iglesia la de inyectar en el corazón mismo del tiempo y de la cotidianidad de las cosas la vida nueva de Pentecostés, la de colocar en el corazón, la mente del ser y quehacer humano el evangelio de Jesús que todo lo transforma, que todo lo hace nuevo?”, destacó.
Recalcó que, si bien ya está avanzado el documento final fruto de esta V Conferencia General, lo más importante es que todos y todas los que han participado de estos días de gracia, hayan sido profundamente renovados en sus corazones: “
Aparecida tiene que haber sido para nosotros la lección inaugural de esta Iglesia casa, escuela y taller de comunión que todos anhelamos implantar en nuestros respectivos países. Sabemos cuán importante es un buen documento pero también sabemos que no son los documentos por si solos los que transforman el mundo. Es el amor de Cristo que el Espíritu derrama en nuestros corazones lo que transforma el mundo y permite darle el uso adecuado a los documentos”, acentuó.
Reconoció, además, el testimonio de los miles de romeros que día tras día han llegado a Aparecida y la esperanza que se ha hecho presente en la actitud mística y serena con la que tanta gente sencilla por la oración personal y comunitaria han acogido y apoyado esta Conferencia General.
Procede ahora, según Monseñor Santana, asumir la espiritualidad del retorno agradecido que inspira nuevos caminos pastorales en nuestras iglesias bajo nombres distintos: “
Nos toca retornar ahora a casa para devolver a Dios en las personas, familias y comunidades de nuestras iglesias todo lo que hemos recibido del Señor en estas tres semanas”.
Fuente: Prensa V Conferencia