Necesitamos una pastoral que conduzca a una mayor justicia social
Necesitamos una pastoral que conduzca a una mayor justicia social

La solidaridad surge y se sostiene y se ilumina desde la perspectiva del seguimiento de Jesucristo que fue llamado “Hijo del Carpintero de Nazareth”, ha dicho el P. Baeza a propósito de la necesidad de revitalizar el movimiento de los trabajadores.

Invitado por el sindicato de supervisores de Codelco Norte, el P. Alfonso Baeza, subdirector de Caritas Chile, viajó a Calama, para motivar en la opinión publica el tema de los trabajadores, a solicitud del obispo de la prelatura, Mons. Guillermo Vera, mantuvo una reunión con el clero diocesano y otra con los trabajadores de los colegios diocesanos para motivarlos en su organización y unidad.

Calama es una de las ciudades donde hay mayor número de trabajadores subcontratados, la decadencia del movimiento sindical y la pasividad de los trabajadores son dos de las amenazas mayores para estas personas. El P. Baeza habló de la importancia de unirse, la necesidad de compromiso y revitalización de la solidaridad efectiva a 70-90 dirigentes de los sindicatos de Codelco Norte, Sindicato de Contratistas, Suplementeros (quienes reparten los diarios, uno de los más antiguos del país).

Mons. Guillermo Vera, Obispo de la prelatura de Calama, en ocasión de la visita de Don Alfonso, convocó al clero diocesano para que les contara de la ley de subcontratación que afecta a muchos de los habitantes de la prelatura donde la mayor parte de los trabajadores subcontratistas y se ha desarrollado mucho la obra de Caritas: adulto mayor, mujeres, inmigrantes y trabajadoras sexuales."Necesitamos una pastoral que conduzca a una mayor justicia social, paz y solidaridad", dice Don Alfonso. Además el obispo Vera preparó una reunión para el P. Baeza con representantes de los dos sindicatos de los dos colegios del obispado: Juan Pablo II e Instituto Lezaeta, donde los sindicalizados pudieron hablar de las dificultades que encuentran entre los mismos católicos porque ven el sindicalismo como algo muy reivindicativo. “Entre los católicos entendemos mucho el sentido de la caridad y de hacer el bien pero el tema de la justicia nos cuesta mucho porque termina metiendo la mano en el bolsillo y ahí hay una sensibilidad muy grande”, dice Baeza, “cuando los derechos del prójimo se imponen, hay resistencias.”

Hoy día la ley insiste que la sindicalización es libre, en algunas empresas, cuando una persona se sindicaliza levanta sospechas y les proponen que no se sindicalicen. Es una desconfianza extendida en el mundo católico y eclesiástico que se relaciona con ideas como “esta persona va a crear problemas”, “esta persona es conflictiva”, “no es leal con la empresa…” y con la idea de que es mejor que no se sindicalicen.

Signos de esperanza

Los trabajadores del cobre tienen conciencia de la tremenda injusticia que existe entre los trabajadores de planta y los subcontratistas. Se han acercado entre ellos los trabajadores contratistas de Chuquicamata, Radomiro Tomic y otras minas, con la idea de formar una red de sindicatos para fortalecerse. La motivación principal del sindicalismo no es crear conflicto, sino solidarizar y no quedarse en el “yo estoy bien” que adormece la unidad. “Como un efecto del despertar que no pueden seguir tolerando estas condiciones de trabajo y remuneraciones tan desiguales y eso no es sólo responsabilidad del gobierno si no también de la movilización de los trabajadores”, cuenta Don Alfonso.

Fuente: Comunicaciones Caritas Chile
Calama, 23 de Mayo, 2007

Especiales de Iglesia.cl