Durante la homilía, el obispo, destacó la importancia de desarmar el pesebre para comprender en profundidad el misterio de la Navidad. Subrayó, además, que la celebración no es simplemente el cumpleaños de Jesús, sino una oportunidad de reflexionar sobre la encarnación y la solidaridad irrevocable de Dios con la historia humana.
El mensaje del Pastor, resonó con la idea de que la Navidad, en clave de la encarnación, representa la presencia continua de Dios en la realidad y la historia. Enfatizó que, Jesús nació en la marginalidad, mostrando una preferencia por los olvidados, invitando a la confianza, la fe y el servicio.
En un llamado a la acción, el Obispo instó a la comunidad a celebrar la Navidad como una oportunidad para ser una Iglesia encarnada en la realidad y la historia. Además, destacó que la unidad y la búsqueda de acuerdos son fundamentales para abordar los desafíos sociales, políticos y económicos actuales, desde la violencia hasta la pobreza y el deterioro ambiental.
Finalmente, el mensaje se centró en la alegría como el verdadero regalo de la Navidad, instando a la comunidad a transmitirla a través de gestos simples y actos de bondad. En un mundo marcado por el miedo y la incertidumbre, el Obispo expresó la importancia de abrir la mente y el corazón a la Navidad de Cristo como un evento de salvación capaz de renovar la esperanza en la humanidad
Fuente: Obispado de Iquique