El obispo de Copiapó, Monseñor Ricardo Morales, sostuvo un encuentro reflexivo con el Colegio de Profesores de Atacama, durante la mañana de este lunes 6 de noviembre, en dependencias de la sede del gremio en Copiapó. El obispo fue acompañado por el vicario de pastoral, p. Guido Castagna.
En esta reunión, ante la dirigencia y más de cien profesores y profesoras, el obispo comenzó empatizando con el profesorado, comentando experiencias personales y familiares del ejercicio docente. Manifestó su solidaridad y empatía con los docentes movilizados, que suman más de 1.600 en la región, pertenecientes a 46 establecimientos educaciones del Slep Atacama.
“La única luz de esperanza es la educación para los jóvenes más vulnerables de nuestra región” dijo el obispo, refiriéndose especialmente a las familias más pobres, y a los 25.000 estudiantes que actualmente están sin clases en la región, en un paro que se han extendido por más de sesenta días. A los profesores les dijo: “Ustedes son la voz de esos niños y adolescentes que tienen necesidad de un mejor futuro gracias a la educación, por eso siempre es necesario hacer un esfuerzo en no abandonar el diálogo”. También habló del estrés acumulado por los docentes, de la recarga laboral, “a veces quitando horas a sus propias familias para preparar sus planificaciones y clases”.
El obispo manifestó su esperanza en que quienes tengan que hacerlo, tomen las decisiones efectivas y rápidas para que el conflicto se solucione, por el bien principalmente de las y los alumnos, que junto a sus familias están sufriendo esta situación junto a los docentes movilizados.
Recordó que “la Iglesia de Atacama ha tenido siempre un profundo compromiso social” y siempre ha estado cerca del sufrimiento humano, y llamó a los docentes a no perder la esperanza.
Los profesores, a su vez, agradecieron la presencia del obispo y la preocupación de la Iglesia. Tres docentes tomaron la palabra, para señalar que las demandas del profesorado están vinculadas con la dignidad del trabajo educativo, y el amor hacia la docencia y hacia los alumnos. Los profesores de religión pidieron que las comunidades parroquiales hagan oración por la pronta solución del conflicto, por los estudiantes y sus familias, y por las y los profesores.
Al final de la conversación, el obispo comprometió la oración y el apoyo de los sacerdotes en ello. Al mismo tiempo, pidió que las manifestaciones se realicen sin violencia, “cuiden sus vidas”, dijo, y al final, reiteró que la Iglesia quiere estar cercana al dolor que este conflicto está suscitando, invitando al diálogo que siempre será fecundo. Además agradeció a los docentes el poner en evidencia la falta de dignidad para el ejercicio de la docencia que tienen muchos de los establecimientos educacionales, en ese sentido les invitó a ser voz de los que muchas veces no tienen voz.
Fuente: Comunicaciones Copiapó