Delegación Presidencial distinguió a tres sacerdotes de la Diócesis de Chillán por sus aportes en DDHH
A 50 años del golpe de estado
Delegación Presidencial distinguió a tres sacerdotes de la Diócesis de Chillán por sus aportes en DDHH

Se trata de los presbíteros Raúl Manríquez, Fernando Varas y José Luis Ysern (en forma póstuma).

En una emotiva ceremonia realizada en el Salón Prat de la Intendencia Regional, la Delegación presidencial del Ñuble distinguió a tres sacerdotes de la Diócesis de Chillán que, desde distintos frentes, como la Vicaría de la Solidaridad, trabajaron por los Derechos Humanos entre los años setenta y noventa. La actividad se enmarca dentro del aniversario 50 del golpe de estado en Chile y en esta ocasión, la Delegación Presidencial quiso distinguir a las Organizaciones Basadas en la fe.

De esta manera, se reconoció el trabajo del padre Raúl Manríquez. También el realizado por el padre Fernando Varas, quien se vio imposibilitado de asistir a la ceremonia. Asimismo, se realizó un homenaje póstumo al sacerdote José Luis Ysern de Arce por su aporte durante esa época, distinción que fue recibida por el representante de su familia en Chile, Sergio Zarzar.

Tras la distinción al padre Raúl, el sacerdote se dirigió al público presente para agradecer este nuevo reconocimiento. “Quisiera agradecer la amable presencia de cada uno de ustedes en este acto. Sé que una manifestación como esta, puede alagar la vanidad, pero no puede sustituir la concreta realidad de una vida que, como todas, tiene luces y sombras. Hoy se destacan aspectos de cierta luminosidad, y soy consciente de mis limitaciones que con el tiempo pesan en esta etapa de los recuerdos. Estoy profundamente agradecido y emocionado, pero también confundido en un escenario como este. Con sencillez pienso en la advertencia de Jesús, quien decía: ‘cuando ustedes realicen su tares, digan que son simples servidores, hemos hecho solo lo que teníamos que hacer’. Lo he entendido siempre así, por actitud personal, vocación y por la consideración de vida a cada persona”.

“El ministerio sacerdotal desarrollado en esta ciudad y provincia ha estado inspirado en mis profundas convicciones de fe abrazadas con alegría y radicalidad. Me agrada la presentación oficial que hizo la iglesia cuando dio a conocer un compendio de la Doctrina Social. En su introducción ofrecía ese documento de la enseñanza social de la iglesia para hombres y mujeres de nuestro tiempo. Así nos sentimos, somos compañeros de viaje, el Concilio Vaticano II lo dijo: ‘los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y quienes sufren, son a la vez gozos y esperanzas, tristezas y angustias de los discípulos de Cristo, porque nada ha verdaderamente humano que no encuentre eco en el corazón de los humanos. La iglesia se siente íntima y solidaria de la humanidad y de su historia’”, citó.

“No atender a estas razones es traicionar la vocación humana y cristiana y vaciar de su contenido esencial del evangelio, que más allá de la doctrina, tiene el modelo y testimonio viviente de Jesús. A él somos fieles cuando creemos en el amor mutuo como Él creyó, cuando nos acercamos al que sufre como Él se acercó, cuando defendemos la vida como Él la defendió y cuando miramos a las personas como Él lo hizo. Eso es lo que he tratado de vivir con sinceridad y cercanía en mi larga vida sacerdotal, ofreciendo los servicios propios del ministerio y entregando el mensaje de vida, amor y esperanza que es el evangelio de Cristo”, dijo el padre Raúl.

El delegado presidencial, Gabriel Pradenas, señaló que “se hace esta actividad para reconocer y destacar elementos que tienen que ver con personas que están hoy y que fueron relevantes y determinantes para la continuidad de vida en una tarea que fue compleja en su minuto y eso hay que relevarlo. Tenemos que hacer una reflexión en torno a que un país sin memoria, es un país sin futuro. Vamos a trabajar en estos hitos fortaleciendo la memoria y vamos a tener una mirada de futuro en donde los principales enemigos sean la delincuencia y la corrupción”.

El delegado también comentó el vínculo familiar que lo une al padre Manríquez. “Mi hermana, Ana Pradenas que vive en Estocolmo, fue ayudada en la época por el padre Raúl. Además, mi madre trabajó con él en la Vicaría de la Solidaridad tiempo después. Hoy, gracias a esta actividad, tuve la oportunidad de conocerlo y fue un hecho muy significativo en lo personal”.

Fuente: Comunicaciones Chillán
Chillán , 21 de Abril, 2023
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