La incansable labor de los voluntarios de la Parroquia Inmaculada Concepción de Santa Juana
Desde el momento en que se iniciaron los incendios, la comunidad de la Parroquia Inmaculada Concepción de Santa Juana comenzó a organizarse para enfrentar la emergencia.
Es así que día a día, junto a su Párroco, el Padre Ricardo Valencia, los voluntarios de la parroquia se han encargado de coordinar y atender las necesidades que van surgiendo, ya sea recibiendo y organizando las donaciones, visitando familias damnificadas, llevando ayudas, realizando un catastro de afectados, y preparando y sirviendo la comida a los voluntarios, entre tantas otras labores.
María Fuentes, quien es la Encargada de la Pastoral Social de la parroquia, afirmó que “llevamos más de quince días sin parar” y agradeció “el trabajo incondicional” de la comunidad parroquial, pues la jornada parte antes de las nueve de la mañana y termina pasadas las diez de la noche.
Para María Fuentes servir durante esta emergencia es “una manera de agradecer a Dios lo misericordioso que ha sido en mi vida, en mi historia. Y también, porque en este incendio el fuego también rodeó a mi hija, pero Dios la protegió y no pasó nada. Entonces, no siento el cansancio ni nada, lo único que siento es que ésta es la manera de agradecer al Señor, ayudando a todos los hermanos que hoy están pasando un momento difícil”.
La encargada de la Pastoral Social parroquial señaló que “lo más maravilloso que he visto es la solidaridad de algunas parroquias, el acompañamiento y el trabajo arduo, todos los días, de los jóvenes de los diferentes movimientos que tiene la Iglesia. Ha sido un siete la colaboración, también los Agustinos, y los sacerdotes que nos han acompañado mucho”. Entre ellos, mencionó a Monseñor Bernardo Álvarez, el Padre César Pedreros, el Padre Sixtus Uwague y el Padre Víctor Álvarez.
“Para mí son todos maravilloso y le doy gracias a Dios por este equipo tan precioso que nos ayudó, que nos ha acompañado hasta ahora”, enfatizó.
En tanto, Juana Jara, quien también es voluntaria y forma parte de la comunidad de la Parroquia Inmaculada Concepción, señaló que desde el primer momento se realizó una reunión para organizar el trabajo y ella fue enviada a llevar la Comunión a algunas personas de comunidades rurales. Luego de ver la situación, “no podría haberme quedado tranquila en mi casa. A mí no me pasó nada, pero a uno la mueve el ver a la demás gente que lo ha perdido todo, el sufrimiento”.
En ese contexto relató que “veíamos cómo la gente lloraba y a pesar de todo daban gracias a Dios por estar vivos, era lo que más valoraban, la vida, y nos contaban cómo las llamas les cruzaban por encima (…) También estuvimos en el lugar donde falleció una señora que venía arrancando en su cuatrimoto, donde las llamas la atraparon y perdió la vida. Entonces es muy difícil quedarse indiferente a todo lo que ha pasado”.
Juana Jara enfatizó que “es difícil quedarse quieto cuando usted ya ha experimentado todo esto” y señaló que “es Dios el que llama”. Además, valoró lo que significa “ver todo este movimiento humano, este pueblo humano que ha habido aquí desde el primer día, ver a los jóvenes cómo llegan en pleno periodo de vacaciones, la gente, mi comunidad, los sacerdotes. Todos ellos me dan un testimonio”.
Por su parte, Marisol Carrasco, quien también forma parte de las voluntarias de la comunidad y colabora en la cocina, pues se dedica a la gastronomía, manifestó que lo que la motiva es agradecer a Dios.
“Yo estuve en el incendio mismo, no soy del campo, pero estaba de visita donde un familiar y tuvimos que salir arrancando. Le doy gracias a Dios por seguir viviendo y salir airosa de esa situación. Eso me motivó a llegar acá y ayudar, porque siento que Dios me dio una nueva oportunidad de vida y tengo que responder de una u otra manera”, sostuvo.
Durante estos días han continuado llegando donaciones de particulares, organizaciones, comunidades, movimientos y parroquias para ir en ayuda de los afectados por los incendios. Respecto a cuál es la principal necesidad, la Encargada de Pastoral Social de la Parroquia Inmaculada Concepción señaló que “hoy lo importante es que ellos tengan una mediagua donde poner sus cosas. La necesidad inmediata es tener un lugar donde ellos puedan cobijarse, ya se están poniendo heladas las noches y nuestros hermanos están pasando frío”, por lo que lo que más se necesita en este minuto son materiales de construcción.
Es así que además de la Campaña Apadrina una familia damnificada, la Parroquia también ha dispuesto la campaña “Reconstruyamos la Esperanza”. Los datos de transferencia son:
Parroquia Inmaculada Concepción
Rut: 80.066.532-9
Banco Estado
Cuenta Corriente: 53300374901
E-mail: parroquiadesantajuana@gmail.com
Fuente: Comunicaciones Concepción