“Estoy emocionado, agradecido del Señor y de tanta gente que ha comprendido este servicio”
Profundamente emocionado está el padre Raúl Manríquez en el marco de la celebración de sus 72 años de sacerdocio. Fue ordenado en 1950 por el obispo de la época, Jorge Larraín y desde entonces ha visto pasar casi toda la historia de la Diócesis de Chillán ante sus ojos. “Yo fui ordenado sacerdote el 23 de septiembre de 1950, en la mitad del siglo pasado. Estoy cumpliendo 72 años de sacerdote. No sabría expresar lo que se siente, pero en primer lugar es una gratitud enorme porque sabemos lo que significa que Jesús haya puesto la mirada en una persona y que no solamente lo haya mirado, como lo hizo con cada uno de los apóstoles, sino que siga repitiendo lo mismo a través de los siglos y se fije en uno. Esto es proseguir la misión evangelizadora que él empezó, para anunciar la nueva noticia a todas las personas”, indicó.
“Siento una emoción que me sobrepasa, no la puedo expresar con palabras, la siento en el corazón. Además de sentir eso, me tiene conmovido el cariño de mucha gente que se ha sentido servida por el ministerio sacerdotal. Hemos recibido muchos saludos. Yo creo que las personas entienden que uno no ha estado prestando un servicio personal por iniciativa propia, sino que estamos sirviendo en representación de Cristo”, agregó el padre Raúl.
“Quiero agradecer al Señor su llamada, su mirada, y la oportunidad de poder servir en su nombre a su pueblo, un pueblo que tiene tanta variedad. Me he dado cuenta después de 72 años con cuántas personas he estado y cuántos servicios he prestado en la Diócesis de Chillán, sobre todo más de 30 años como vicario general.
El padre Raúl recordó también su trabajo durante dictadura. “Tuve la oportunidad de tener contacto con muchas personas sufrientes, mamás, hermanos, hogares en general. Tengo esa impresión ahora, de esa variedad de niveles de vida y actividades. A lo largo de 72 años he podido ejercer el ministerio desde la amistad simple, cotidiana, hasta prestar los servicios propios del sacerdote. Me he sentido acogido por todas esas personas y yo los he acogido también, me siento muy bien con esta transversalidad en las relaciones y la amistad. Creo que no tengo adversarios, soy cercano, hermano de todos sin distinción o ideología o niveles sociales”, finalizó.
En su trayectoria, el padre Raúl ha desempeñado varios papeles dentro de la Diócesis San Bartolomé, como el de vicario general por 34 años en el Obispado. Pero también tuvo un papel relevante en los sucesos que trajeron consigo el golpe de estado de 1973, periodo en el que instaló en la ciudad la Vicaría de la Solidaridad, de la que estuvo a cargo. También estuvo ligado a la creación de la Pastoral Obrera, la que prestó asesoría a los trabajadores de la zona en los momentos más complejos de nuestra historia.
Fuente: Comunicaciones Chillán