Con motivo del aniversario n.36 en que el papa s.Juan Pablo II elevó a la categoría de Diócesis con la Bula Papal “Qua Tenemur Graviter” un 29 de agosto de 1986 a la Iglesia peregrina en Arica, Mons. Moisés Atisha convocó a todo el pueblo fiel en la Iglesia Catedral de San Marcos para realizar juntos Acción de Gracias a Dios por este caminar como Diócesis.
A ella, acudieron consagrados y agentes pastorales de las distintas comunidades parroquiales, movimientos y colegios; así como también representantes de las fuerzas armadas y de orden, haciéndose eco de la alegría transversal que como Iglesia local elevan súplicas y plegarias a Dios Padre. Todos como una única comunidad, dieron gracias a Dios por este caminar e historia trazada en tierras de desierto, mar, valles y cordillera, tocado por las fronteras de países vecinos.
Significativa ocasión de la cual el Obispo depositó, a perpetuidad, dos reliquias para el ara del Altar. En días previos se dio para la veneración pública la exposición de las reliquias de San Alberto Hurtado y Santa Teresa de Los Andes, venerados y queridos santos chilenos que se depositaron en el Altar para la celebración de la Santa Misa.
Mons. Moisés expresó a los presentes que “Colocar las reliquias es una invitación a reconocer en ellos que en este lugar se une esta iglesia peregrina con la iglesia triunfante, marcando horizonte de entrar también nosotros a celebrar con gozo en miras de la vida eterna. El evangelio es posible ser vivido con radicalidad, no se nos escapa como una meta inalcanzable, sino como una hermosa luz que ilumina el camino para ayudarnos a ser, no solo buena persona, sino testigos valientes, creíbles del amor de Dios.”
Éstas fueron traídas desde la puerta de la Catedral las reliquias con piedad y profunda devoción, y todo el pueblo fueron testigos de la lectura del acta y puesta de las reliquias, sellando el Altar para bien de todo el pueblo cristiano.
Exhortó el Obispo, tras el gesto de la colocación de las reliquias: “estamos invitados a la fidelidad, a ser como ellos (San Alberto y Santa Teresa) fieles hijos de esta Iglesia, que nos ama, que es santa y pecadora, y que propone muchas y variadas formas de realización; ser miembros fieles, pues nadie puede vivir el evangelio aislado de los demás”. Demarcó además virtudes para vivir profundamente un Iglesia Diocesana: Fidelidad, Solidaridad, Fraternidad, profundo Encuentro con el Señor y vivir Practicando el Evangelio”. Signos patentes para que como pueblo fiel, consagrados y laicos, lleguemos a celebrar con fuerzas renovadas este aniversario como Iglesia peregrina en estas tierras del norte de nuestro país.
Fuente: Departamento de Comunicaciones San Marcos de Arica