Eucaristía en honor a San Alberto Hurtado
Eucaristía en honor a San Alberto Hurtado

Este jueves 18 de agosto se celebró el día de la solidaridad con una Misa en el templo catedral de Talca, oportunidad en que se dio gracias a Dios por la huella dejada por Alberto Hurtado en nuestro país.

Se dieron cita en esta celebración los integrantes del voluntariado de la Pastoral Social de parroquias, representantes de colegios y de distintas instituciones que tienen como norte ayudar desinteresadamente al prójimo, en especial al más desamparado.

En su homilía, el obispo de Talca, el padre Galo Fernández Villaseca, comenzó destacando que Alberto Hurtado fue una verdadera visita de Dios a nuestra patria, haciendo memoria de palabras del obispo Manuel Larraín.

“Lo precioso de esta visita es que su memoria permanece, continúa estando el Señor en la palabra, el testimonio, en el ejemplo de Alberto Hurtado. Sigue remeciendo en todos los niveles, no solo al interior de la Iglesia católica, como modelo de humanidad, de solidaridad”.

“La primera lectura de Santiago nos dice que la fe sin obras está muerta. No es que la fe sea inútil, sino que la fe tiene que expresarse en obras. La vida de Alberto Hurtado supo conectar la fe con el compromiso social, a tal punto que tenía la convicción que una vida espiritual débil iba a terminar siempre en que las obras por la justicia perdieran su rumbo y fortaleza. Él mismo cuidó de alimentar su fe en la oración, celebró la Eucaristía con particular devoción, expresaba que esa era la fuente desde la cual brotaba todo el resto. Mi vida es una Eucaristía prolongada sentenció él mismo”, acotó nuestro pastor.

La parábola del buen samaritano señala que las dos primeras personas que no ayudaron al caído eran hombres religiosos: un sacerdote y un levita. “Eso duele. La parábola de Jesús interpela, nos llama a tener la capacidad de dejarnos tocar por el dolor tal como lo hace ese samaritano, un extranjero despreciado. Jesús lo pone como ejemplo porque es él quien se deja tocar, conmover por el sufrimiento del herido en el camino”, mencionó el obispo Fernández.

El padre Galo dio gracias por las obras que caen al alero de la Iglesia por este mandato de la solidaridad, “gracias por el privilegio de servir al pobre porque en él servimos al mismo Cristo”.

Durante el ofertorio, junto al pan y el vino, se llevó hasta el altar una imagen de San Alberto Hurtado y una bandera chilena, como gesto de unidad del país en que debemos trabajar para construir una sociedad más justa.

Esta Misa del Día de la Solidaridad finalizó con la bendición y un canto dedicado al santo chileno.

Fuente: Comunicaciones Talca
Talca, 18 de Agosto, 2022
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