Comunidades de parroquias como San Pedro y San Pablo, Jesús Señor de la Vida, San Gregorio, San Esteban Mártir y otras de la zona sur celebraron, durante la tarde del Viernes Santo, el tradicional Vía Crucis que este año quiso recordar que hace dos décadas el mismo Papa visitó la población en su encuentro con los más pobres.
El Cardenal Francisco Javier Errázuriz, quien presidió el Camino de la Cruz, dijo al inicio: “Vamos a celebrar este Vía Crucis en La Bandera recordando el encuentro del Papa con los pobladores de la zona sur y de otras poblaciones de Santiago. Lo queremos celebrar en este día (Viernes Santo), cuando en la Iglesia tenemos plena consciencia de que Jesucristo nos amó hasta el extremo de dar la vida por nosotros”. Agregó: “Se conmueve nuestro espíritu en esta oportunidad y quisiéramos pertenecer a aquellos que se abrieron a la verdad de Cristo y, por lo tanto que estamos cerca de El y que nos queremos mantener fieles al proyecto sobre el hombre y sobre la sociedad que Dios nos manifestó en Cristo”.
Bendición de familias y trabajadores
Miles de fieles que hace 20 años recorrieron las mismas calles para estar cerca del Santo Padre, durante la tarde del Viernes volvieron a trasladarse, esta vez para acompañar a Jesucristo en las 14 estaciones que conformar el Camino de la Cruz. Diversas fueron las intenciones que hombres y mujeres, jóvenes y ancianos pusieron delante del Señor en esta ocasión. La defensa de la vida que está por nacer, el sufrimiento de los desempleados y también las angustias que ha generado Transantiago estuvieron presentes durante el camino. El Cardenal Arzobispo de Santiago encabezó todo el trayecto y, especialmente en la décima estación, dedicada a la oración por los sacerdotes consagrados, tomó en sus manos la cruz de Cristo simbolizando la solidaridad del Señor con las preocupaciones de la humanidad y de la Iglesia. En la ceremonia estuvo acompañado por el Obispo Auxiliar, Monseñor Cristián Contreras Villarroel; por el Vicario de la Zona Sur, Pbro. Cristián Precht y por los párrocos de la zona.
Uno de los gestos más significativos de este Vía Crucis fue la bendición a todos los trabajadores y familias presentes. El camino, que comenzó en la Parroquia Jesús Señor de la Vida, terminó en el Parque La Bandera, frente a la Municipalidad de San Ramón, con muchas comunidades cristianas que siguieron con velas y guitarras las catorce estaciones. En el lugar que albergó al Papa Juan Pablo los asistentes entonaron el himno “Mensajero de la Vida” y, en una pantalla gigante, se pudo rememorar el momento en que Su Santidad recibe una taza de té y un trozo de pan de manos de los pobladores. El Cardenal indicó que la visita del Papa significaba “un amor de predilección de Dios por todos los que estuvieron y por todos los herederos del mensaje que el Santo Padre entregó aquí”. Comentó que el Papa recordaba siempre con enorme alegría su visita a Chile.
“Creo que tuvimos una bendición enorme que nos ayudó a salir de un momento de depresión interior para encontrar caminos de esperanza, caminos constructivos y de futuro” dijo el Cardenal. En este sentido destacó a la familia y a las comunidades cristianas de base como escuelas de paz. Sostuvo que fueron los pobres de espíritu los protagonistas de la bienaventuranza proclamada por el Papa ya que, al no estar apegados a lo superfluo y, a pesar de carencias económicas, “tenían paz en su corazón, tenían alegría en sus familias y confianza en la relaciones mutuas”. Subrayó: “Tenían la inmensa alegría de contar con Cristo sabiendo que la Providencia divina los dirigía y los apoyaba”.
Rezar por la V Conferencia
Inmediatamente después, todos los feligreses congregados rezaron por la V Conferencia del Episcopado Latinoamericano a desarrollarse desde el 13 al 31 en el Santuario de Nuestra Señora Aparecida, ubicado en Brasil. El Arzobispo de Santiago invitó a todos los asistentes a rezar cada día por la realización de esta reunión continental. “Les agradezco mucho que recen por nosotros. Queremos ayudar dando grandes orientaciones pastorales para la Iglesia que en este momento estamos viviendo”, señaló aludiendo a la problemática de la pobreza y a la influencia cultural que intenta destruir la tradición cristiana. “Esperamos que el Espíritu Santo nos ayude y cuento con la oración de ustedes”, expresó a los asistentes.
Fuente DOP www.iglesiadesantiago.cl