MENSAJE DE AÑO NUEVO 2022
31 de diciembre de 2021
+ Cristián Contreras Villarroel
QUERIDA COMUNIDAD DIOCESANA
LUCES Y SOMBRAS
1. Despedimos un año 2021 con luces y sombras, con alegrías y penas. ¡Así es la vida de todos los días! Ante todo, un recuerdo especial y de solidaridad con las víctimas de la violencia homicida, para las mujeres maltratadas, muchas de ellas asesinadas; para las familias que han sufrido con la muerte de sus seres queridos a causa de la pandemia. Ayer hemos visto la noticia de la muerte de una joven enfermera, alegría de su familia y excelente compañera de trabajo en el Hospital del Salvador. Impacta, igualmente, la muerte en un accidente de “temporeros”, venidos desde otros países, en la Ruta de la Fruta, así como la noticia de una niña chilena que muere trágicamente en Estados Unidos.
2. En medio de tanto dolor, ¿cómo tener esperanza? Creo que hay mucho que agradecer. Ante todo, por la vida que regalaron a sus seres queridos las víctimas inocentes. ¡La vida es bella! Por eso, la gente sufriente y de bien puede tener motivos para la esperanza. Los invito a formular sus penas personales, familiares o comunitarias. En lo personal, tengo mucho que agradecer a Dios por la confianza depositada por personas dolientes y por las gratitudes recibidas. Agradecer a quienes asisten a los enfermos en los hospitales y centros de salud familiar.
3. Esta noche despedimos un año y nos deseamos los mejores augurios de prosperidad para el nuevo año. Es una tradición maravillosa. Queremos ser buenas personas y desearnos salud, paz, trabajo y bienestar.
EL TIEMPO
4. El concepto del tiempo es complejo. Recuerdo un pensamiento que alguna vez escuché: las alegrías parecen ser un segundo, pero las penas o sufrimientos parecen eternos.
5. Recuerdo lo que pronunció un amigo obispo en la Misa por el fallecimiento de su hermano menor: “No son los años los que ennoblecen la vida de un ser humano, sino lo que un ser humano hace con su vida”. Estas palabras hacen sentido para el sufrimiento de quienes han perdido, por diversas causas, a sus seres queridos: niños, jóvenes, adultos, ancianos.
CRISTO JESÚS: ETERNO CONTEMPORÁNEO DE LA HUMANIDAD
6. Cristo, el enviado del Padre, nos enseña que Él es el “eterno contemporáneo de la humanidad”. Comparto los “hoy” de Cristo en el Evangelio de San Lucas:
6.1. A los pastores Lc. 2, 11: “No teman, pues les anuncio una gran alegría, que lo será para todo el pueblo: les ha nacido hoy, en la ciudad de David, un salvador, que es el Cristo Señor”.
6.2. En la Sinagoga de Nazaret Lc 4, 21: “Esta Escritura, que acaban de oír, se ha cumplido hoy”.
6.3. En la casa de Zaqueo Lc 19, 9: “Jesús le dijo: hoy ha llegado la salvación a esta casa, porque también éste es hijo de Abraham, pues el Hijo del hombre ha venido a buscar y salvar lo que estaba perdido”.
6.4. En la cruz con el ladrón arrepentido Lc 23, 42-43: “Y decía: Jesús acuérdate de mí cuando vayas a tu Reino. Jesús le dijo: Yo te aseguro: hoy estarás conmigo en el Paraíso”.
7. Los “hoy” de Cristo no solamente fueron “ayer”, sino que son actuales para nuestro “hoy,” también sufriente, pero siempre en el horizonte esperanzador de la vida eterna.
LA PLENITUD DE LOS TIEMPOS
8. San Pablo (Gálatas 4, 4), es elocuente: “al llegar la plenitud de los tiempos, envió Dios a su Hijo, nacido de mujer”. ¿Es la “plenitud de los tiempos” cuando nace el Niño Dios? Parece que humanamente no es así. Si miramos los tiempos de Jesús, quedamos desconcertados: gobernaban tiranos y brutales asesinos. Efectivamente, hace pocos días celebramos a los Santos Inocentes. Un sacerdote me compartía un pensamiento del cardenal Angelo Comastri: “la plenitud de los tiempos no es el tiempo favorable de parte de los hombres, sino el tiempo favorable de parte de Dios, es decir, el tiempo en el cual Dios no ha podido más resistir y ha irrumpido en un gesto de amor que también hoy nos hace llorar de emoción”.
9. Los tiempos actuales no son diferentes al entorno en que nació nuestro Salvador. Pero debemos mirar desde la perspectiva de Dios providente que siempre nos da razones para tener esperanza y ser artesanos de la paz.
LA VIRGEN MARÍA Y LA PAZ
10. Mañana 1 de enero, se celebra a Santa María, Madre de Dios, y desde el año 1968 es la Jornada Mundial por la Paz, instituida por San Pablo VI. Me uno a la intención de nuestro Papa Francisco:
“Que sean cada vez más numerosos quienes, sin hacer ruido, con humildad y perseverancia, se conviertan cada día en artesanos de paz. Y que siempre los preceda y acompañe la bendición del Dios de la paz”.
Un bendecido año 2022, en Jesús y la Virgen Santa.
¡Ven, Señor Jesús!
Fuente: Obispado de Melipilla