La “Cascada de la Virgen”, ubicada en el km 32 de la ruta CH-240, con un marco natural impresionante, exuberante y sobrecogedor; junto al canto y la oración fue nuevamente escenario de la “Cena del Señor” en que este año especialmente se pidió perdón, se oró por Chile y se asumió un compromiso de participación y servicio de las comunidades en medio de los clamores que el pueblo ha hecho sentir con fuerza estos últimos días, en el contexto de las próximas elecciones presidenciales y el proceso constitucional en curso.
Daniel Loaiza, de Coyhaique, arribó a la Cascada de la Virgen y compartió que para él estar en este lugar “siempre ha sido un compromiso que hemos tenido con la Virgen. Primero, por ser nuestra madre y protegernos. Y creo —agregó— que esta es una de las instancias que también necesitábamos en este tan complicado tiempo de pandemia. Venir un rato a despejar la mente y a decirle a María que estamos presente con ella es reconfortante”.
Quien también llegó a la “Cascada de la Virgen” acompañada de una de sus hijas fue la adulto mayor Mila Quintana, también de Coyhaique. “Lo principal —dice la señora Mila— es estar aquí para agradecer a Dios y a la Virgen Santísima por toda su compañía; la bendición que hay en mi hogar; por mi familia; por mis hijas que son un amor. Son 7 años desde que enviudé y se han allegado más a mi para acompañarme en todo sentido”.
“Hoy —expresó esta adulta mayor— le pedí a Dios, porque hace mucho tiempo que no iba a misa por la pandemia, fuerzas para ir a la cascada y pagar la ofrenda a la Virgen. Estuve muy complicada de un pie y aquí estoy caminando; y traigo este ramito para entregarlo en el momento del ofertorio y con todo mi corazón darle gracias a la Virgen María y a Dios que en todo momento está con nosotros”.
Otra asistente a la celebración fue Mirta Vargas de la comunidad Jesús Nazareno de Puerto Aysén, quien también señaló el motivo de su presencia en la Cascada de la Virgen. “Más que nada —dijo— agradecer porque nuestra madre Virgen siempre está protegiéndonos. En este tiempo de pandemia tan difícil nos hemos encomendado ella para que sea nuestra intercesora ante nuestro Señor, y pase un poco esta situación sanitaria y podamos volver a la normalidad en la medida que se pueda”.
“Él hace maravillas en nosotros”
La eucaristía presidida por el padre Obispo Luis fue acompañada por el vicario general, padre César Leiva, y el diácono Víctor Jiménez. En su homilía el padre obispo destacó la importancia de esta fiesta religiosa para Aysén e hizo un llamado a escuchar hoy, como lo hizo la Virgen ya que “en cada uno podemos reconocer el germen del nacimiento de Jesús; nacidos de la cruz y de la Virgen María para una nueva humanidad”.
“Pidamos al Señor —oró el pastor de Aysén— que a través de la Virgen María haga florecer en cada uno de nosotros obras de bien, de paz, de solidaridad, de fraternidad, de amor; en una palabra, nos dice la Biblia, “Él hace en nosotros maravillas, santo es su nombre”; y vivamos esta santidad en nuestros hogares, trabajo, comunidades cristianas; donde el Señor nos llama a estar cada día”.
Al término de la eucaristía los asistentes se mostraron muy contentos y reconfortados en su fe; y se retiraron ordenadamente a sus hogares. Carabineros de Chile, que colaboró con el Vicariato Apostólico de Aysén en la coordinación y seguridad, informó que toda la jornada se desarrolló con normalidad y no se reportó ningún incidente.
Fuente: Comunicaciones Aysén