Como Conferencia de Religiosos de Chile, queremos manifestar nuestra rotunda condena por los hechos acontecidos en Iquique. En una situación de crisis humanitaria debido a la migración forzada agravada por la pandemia de covid-19, rechazamos todo tipo de violencia contra nuestros hermanos (as) extranjeros.

Nos unimos a todas las organizaciones nacionales e internacionales que han rechazado todos estos hechos que nos indignan y avergüenzan.

Pedimos a todas las autoridades competentes buscar una solución integral, respetando de manera irrestricta los derechos humanos de estos hermanos y hermanas migrantes.

Nos duele contemplar la violencia de estos hechos. Queremos pedir perdón por este trato inhumano e indigno que han recibido por parte de algunos compatriotas. Como Vida Religiosa Chilena, en primer lugar, los ponemos en el centro de nuestra oración personal y comunitaria. En segundo lugar, nos ponemos a disposición de lo que sea necesario para buscar una solución ante estos hechos.

Movidos por la palabra de Jesucristo: “Porque tuve hambre, y me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; fui forastero, y me recogieron” (cf. Mt 25, 35), y por nuestra identidad patria solidaria y acogedora con el extranjero, como Vida Religiosa nos preguntamos ¿Qué nos pide el Señor en este momento? Reafirmamos nuestro compromiso con la fraternidad, la solidaridad y la convivencia social, basadas en el respeto por sobre todas las cosas.



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Fuente: Conferre

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