Mateando en el Día de la Solidaridad
Mateando en el Día de la Solidaridad

Coronando el programa del día de la Solidaridad, las voluntarias del Comedor San Vicente de Paul, de la Parroquia San Antonio de Padua, sector Nuevo Amanecer se reunieron a compartir un rico mate con algunos de sus beneficiarios.

El comedor solidario San Vicente de Paul, funciona los días martes y jueves, llegando a entregar hasta 70 raciones de almuerzo. Antes de que comenzara la pandemia, este comedor era atendido por adultos mayores, y miembros de la Legión de María, quienes por resguardo sanitario debieron suspender este hermoso servicio, asumiendo la tarea un nuevo grupo de voluntarias, pues estaba claro que muchas personas esperaban recibir esta comida y no las querían defraudar.

El comedor se financia con aportes del Banco de Alientos de Caritas Linares, donaciones que viene desde la misma sede parroquial, aportes de particulares y de las mismas voluntarias, quienes muchas veces se organizan y donan lo que falte, así cada día, se esmeran para sacar la tarea.

La Sra. Rosa Alarcón, conocida por todos como la Rosita, nos contó un poco la historia de esta iniciativa, “este comedor funciona desde 2004, nació con el objetivo de ayudar a las familias más vulnerables del sector, especialmente a los adultos mayores que viven solos o están postrados, adictos o personas en situación de calle. A la semana atendemos más de 70 familias, a quienes les entregamos un rico plato de fondo, ensalada, pan y postre.

¿Por qué una mateada en este día?
La idea surgió después de una reunión con Monseñor y representantes de todos los comedores, el Obispo nos preguntó cómo íbamos a celebrar este día especial y se nos ocurrió hacer una mateada, la idea inicial era pensando en poquitas personas, las que el aforo y el plan paso a paso nos permitieran, pero de todas formas llegaron más personas.

La Rosita también nos contó sobre las experiencias y vivencias del día a día – como en todo orden de cosas, cada uno trae una vivencia atrás –muchas veces vemos a las personas y tenemos la tendencia a juzgar, (qué por qué esto y lo otro) en lo personal me pasó algo muy particular con una de las personas que vienen, a medida que pasan los días unos los va conociendo y también conociendo sus historias, y surgen en uno los sentimientos de por qué dije eso y por qué pensé esto otro… Le cuento, un caballero que viene para acá, cuando lo veía llegar yo pensaba para mí - él siempre viene a pedir y por qué no trabaja, por qué no busca un trabajo si aún puede trabajar… hoy me arrepiento de mis pensamientos, conocí su historia y a su familia, entonces me tuve que morder la lengua y bien fuerte. Su esposa de 64 años, está postrada en cama, usa pañales y requiere de cuidado permanente, él es el encargado de esos cuidados y atención, imposible que salga de su casa a buscar un trabajo, se dedica cien por ciento a ella. Después de esa lección uno se arrepiente de haber juzgado y aprende a no hacerlo, así como uno tiene sus temas familiares y personales, los demás también, cada uno es un mundo, una historia y para servir de corazón no debemos juzgar a nadie, hay que hacer el bien sin mirar a quien. En lo personal me encantaría que más personas se sumaran en estos servicios concretos, y que se pregunten cómo puedo ayudar al que está a mi lado. Agrega rapidito- me gustaría aprovechar de dar las gracias a todos los que nos colaboran para seguir con esta labor que nos llena el corazón de alegría, es nuestra forma de agradecer a Dios por la vida, la familia y la salud que nos regala.

Claudia Aravena, otra de las voluntarias, quiso compartir su experiencia, -nosotros tomamos esta posta, cuando surgió la pandemia, en el año 2020, las voluntarias que venían realizando este servicio, por su edad y complicaciones de salud, no pudieron seguir, pero el servicio no podía fallar. Principalmente atendemos a personas adultas mayores y familias vulnerables que producto de la pandemia han visto restringidos sus ingresos. Agradecemos y recibimos los aportes voluntarios que vienen de amigos y amigas, caritas Linares desde el banco de alimentos, entre todos, entre muchos se hace la fuerza. El llamado es a poder colaborar siempre, pensando que hoy no sabemos qué va a pasar, estamos en un escenario que puede variar muchísimo y el ser solidario no es hacer caridad, sino que ponernos en el lugar del otro, poder ayudar y compartir desde nuestra propia realidad. A este comedor en específico, lo podemos ayudar con aportes en alimentos no perecibles y otros.

Fuente: Comunicaciones Linares
Linares, 19 de Agosto, 2021
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