Resulta importante destacar que la instancia reflexiva se realizó respetando todas las medidas de cuidado establecidas por la autoridad sanitaria.
En su homilía, el Arzobispo de Concepción manifestó su alegría por estar junto a la comunidad. «Esta es la Iglesia, una Iglesia que hoy celebra el día del Padre Hurtado, y tengo que reconocer que es una figura que a mí me resulta muy atractiva, y es muy raro encontrar a un sacerdote chileno que no se haya sentido motivado por la vida del Padre Hurtado, en primer lugar porque tuvo una vida como la de muchos, con alegrías y con muchas penas, falleció su padre siendo muy joven y su madre tuvo muchas dificultades para sacar adelante a sus hijos, y vivió muchos obstáculos».
Tras lo anterior, añadió: «También fue una figura muy simpática. Yo creo que es muy terrible conocer en la Iglesia a personas, como dice el Papa Francisco, con cara de vinagre, y el Padre Hurtado siempre sale sonriente en las fotografías. Creo que aún nos falta mucho por conocer y tengo la impresión de que tenemos mucho conocimiento sobre lo que hizo pero no sobre lo que es. Se habla mucho de sus aportes, pero se habla poco de su vida espiritual, y la verdad que todo lo que hizo se debe a que es un hombre de Dios. Sin lugar a dudas se trata de una persona que no sólo tenemos que alabar, sino que también imitar».
En ese marco, destacó la figura de San Alberto Hurtado como modelo a seguir: «Yo creo que él se presenta como un buen ejemplo de lo que significa ser un cristiano. Una persona que tiene clara consciencia de que la vida es para darla, que la vida es un don, que está llamado a servir a los demás, y sobre todo, que tiene una gran intuición de quiénes son los pobres para dedicarle todo en cuerpo y alma como él lo hizo. Y es por es que la Iglesia lo reconoce justamente como Santo. Creo que es bueno que pensemos qué sería de Chile sin el Padre Hurtado, qué sería de la región sin el Hogar de Cristo, sin la Compañía de Jesús».
Finalmente, Monseñor Fernando Chomali reparó en que la fe tiene que llevar a obras. «Y eso fue lo que hizo el Padre Hurtado, vio que habían niños sufriendo y los llevó a su casa. Nuestra fe se mide por los frutos que son obras constantes. ‘Habría que tener voluntarios’, no, hay que tener voluntarios. Quisiera agradecer la presencia de la Compañía de Jesús, agradecer el servicio pastoral que prestan en colegios, universidades, en tantas obras. También, los animo a mantener viva la llama».
Fuente: Comunicaciones Concepción