La Catedral de la ciudad de Concepción lucía radiante la tarde del 11 de marzo, dispuesta a acoger la ceremonia de toma de posesión de su nuevo Arzobispo, Monseñor Ricardo Ezzati Andrello sdb. Obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas y laicos manifestaron su cercanía con el nuevo Arzobispo, y la manera fue la mejor: acompañándolo en este tan importante momento.
La ceremonia comenzó puntual. En el momento en que la procesión llegó a la Catedral penquista y cuando el Arzobispo fue recibido en la puerta principal por el Deán del Cabildo, quien le ofreció la imagen del Crucifijo para que los besara, luego le presentó el aspersorio con agua bendita, con el cual Monseñor Ezzati se asperjó a sí mismo y a los presentes.
Los fieles guardaron un total silencio en el momento en que el Arzobispo se reclinó a orar frente al Santísimo. Luego la ceremonia continuó con la lectura de las letras apostólicas y el momento en que Monseñor Antonio Moreno entregó el báculo pastoral a Monseñor Ezzati, quien ocupa la Cátedra y desde ese momento preside la celebración Eucarística. Un aplauso espontáneo acompañó el momento, hasta que una representación de la Arquidiócesis formada por presbíteros, diáconos, religiosos y laicos se acercaron a la Cátedra a manifestar su obediencia y afecto al nuevo Pastor.
En la huella de los apóstoles
Durante su
homilía, Monseñor Ezzati se refirió primeramente a la gracia salvadora del Padre Dios, que se manifestó en las lecturas bíblicas del tercer domingo de Cuaresma: “las lecturas nos motivan a contemplar con corazón agradecido la obra liberadora de Dios y experimentar cómo, bondadosamente, Él toca nuestra vida”, señaló. Luego agregó: “en esta atmósfera espiritual que invita a vivir el amor del Padre, Jesús Buen Pastor nos ha convocado en esta hermosa Catedral, es el techo común, la casa de hijos e hijas que peregrinan por ciudades y campos de esta región, más aun, la casa de todos los que buscan a Dios en Espíritu y verdad”, dijo.
El nuevo Arzobispo realizó a continuación un agradecido recuerdo de sus antecesores y sus colaboradores: “Cómo no recordar en este momento a Fray Antonio de San Miguel, primer obispo de nuestra Iglesia, pastor valiente y audaz, verdadero padre, amigo y defensor de las comunidades indígenas e incansable misionero del Evangelio del Señor”, para luego hacer alusión de la entrega de muchos obispos, palabras que fueron retribuidas por los presentes con calurosos aplausos ante los nombres de los obispos José Manuel Santos, Antonio Moreno, Sergio Contreras, Alejandro Goic, Tomislav Koljatic y Felipe Bacarreza.
Al obispo saliente, Monseñor Antonio Moreno, señaló: “Gracias a usted, don Antonio, siga siendo padre de esta Iglesia y ore por ella, que será siempre su comunidad eclesial”.
“En la huella de los apóstoles y continuando el camino de los obispos que me precedieron, dijo el prelado, hoy me presento ante ustedes como su nuevo pastor. Vengo en nombre del Señor para ser padre, hermano y amigo, vengo a compartir el gozo de la fe en Jesucristo, vengo a caminar junto a ustedes para que en reunión de vocación y misión y comunión de la cultura moderna, seamos testigos del Dios que es amor. Vengo en nombre del Señor, para evangelizar, para traerles la buena noticia del amor de Dios. Les pido humildemente que me acojan con fe y me ayuden a ser el pastor que Cristo quiere de mí”, señaló Monseñor Ezzati.
La ceremonia siguió plena de símbolos, recogimiento y emociones, dentro de los que cabe destacar muy especialmente la participación de comunidades mapuches, trabajadores de la tierra, mineros del carbón, jóvenes y niños. Sin embargo, las palabras del nuevo Pastor, luego del equinazo que recibió a la salida del templo, en momentos de dar una bendición a aquellos que no pudieron ingresar al templo y a sus familias, representó la espiritualidad, bondad y cercanía del Arzobispo, quien pidió a Dios hiciera sentir su caricia en los rostros de los niños, jóvenes, enfermos, ancianos y todos aquellos que hubiesen perdido las esperanzas. Las mismas que Monseñor Ezzati viene a traer a esta tierra.
Mensaje en la Cruz Monumental
La comunidad de Concepción expresó su cariño hacia el nuevo Arzobispo en el recibimiento realizado en la Cruz Monumental. Monseñor Ricardo Ezzati fue recibido por las máximas autoridades regionales en una ceremonia realizada al aire libre y llena de colorido.
Al agradecer las palabras de la Intendenta María Soledad Tohá, quien en su bienvenida lo describió como “uno de los hijos más queridos de la Región”, el nuevo Arzobispo envió un
saludo de esperanza y cercanía a la comunidad.
“Llego a esta región como Obispo, padre, pastor de quienes creen en Jesucristo y pertenecen a la Iglesia Católica- dijo el prelado-, pero al mismo tiempo llego como un hermano y amigo, de todos, deseando encarnar la solicitud del padre Dios para con todos sus hijos.”
“Como respuesta a esta bienvenida que me brindan –señaló- desde estos mismos momentos me comprometo a ser míos los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias, los anhelos y los desafíos de esta gente y de cada uno de ustedes. Mi propósito, mi anhelo más ferviente es estar cerca de cada uno de ustedes, de compartir con quienes sufren y trabajan por mejorar las condiciones de vida, para que en el rostro de cada persona brille la sublime dignidad de los hijos de Dios.”
Junto a las autoridades
En su mensaje a la comunidad, Monseñor Ricardo Ezzati también manifestó su intención de contribuir con las autoridades políticas, por el bien de la comunidad: “Me comprometo también- dijo el Arzobispo- a acompañar a quienes ejercen la tarea de servicio público y buscar trabajar con empeño por el bien común, atendiendo especialmente a los más pobres y necesitados. Guiaré como corresponde a un pastor de la Iglesia, más allá de todo compromiso partidista. Realmente lo único que me interesa es la vida abundante de cada persona y de todas las familias.”
El pastor destacó que esta intención pastoral de ayudar a las autoridades en el bien común, más allá de ser un actitud propia de un sacerdote, la adquirió en su formación salesiana: “De mi padre espiritual San Juan Bosco he aprendido que la política propia de un sacerdote, es la política del Padre Nuestro, es decir buscar una justicia, buscar los bienes culturales y materiales, buscar que todo esto llegue a ser patrimonio en comunión y en solidaridad, justamente porque todos somos hijos de Dios. En esta tarea autoridades, encontrarán también la compañía atenta de este Obispo.”
A la imagen del Buen Pastor
La imagen del Buen Pastor, tan apreciada por Don Bosco, también estuvo presente en el mensaje de Monseñor Ezzati: “Al iniciar el ministerio episcopal en la sede de la Santísima Concepción, deseo manifestar que con la gracia de Dios buscaré mantener abiertas las puertas de mi corazón para todos, buscaré como me lo pide la Iglesia, ser imagen del Padre que es nuestro Padre y ofrecerme con las actitudes del Buen Pastor que acoge, comprende y acompaña y si es necesario carga sobre sus hombros a quienes más necesitan.”
Agregó el nuevo Arzobispo que: “Con confianza pido al Señor y a la Santísima Virgen, me concedan la gracia y audacia de golpear el corazón de quienes desde este día son la razón de mi vida y de mi servicio pastoral de obispo, sé que a diferencia de las puertas de las casas, que se abren desde afuera, la puerta del corazón sólo se abre desde adentro, desde la libertad del amor, desde la confianza y la certeza de que quien golpea la puerta es un amigo cercano y querido, alguien que quiere ofrecer motivos de esperanza y de sentido, en mi labor evangelizadora, con respeto y discreción, no dejaré de golpear a la puerta de todos, para que el hombre y la mujer de esta tierra se atrevan a abrir de par en par las puertas de sus vidas a la gracia salvadora del Señor.”
Finalmente Monseñor Ezzati agradeció la presencia de la comunidad que se congregó a recibirlo: “Gracias a todos ustedes, gracias a los jóvenes, a los niños, gracias a los adultos de las comunidades y a los sacerdotes, gracias por ofrecerme las llaves de su corazón, gracias quienes me permitirán golpear a las puertas de sus conciencias de sus búsquedas humanas y espirituales, de sus inquietudes y esperanzas de su sed de Dios, gracias a quienes abrirán los horizontes de sus vidas a Jesucristo, único camino, única verdad y vida plena para todos.”
“Que Dios y la Santísima Virgen inspiren y acompañen nuestro caminar, bendigan a las autoridades y permitan que cada uno de nosotros podamos ser de verdad una familia de hermanos y de amigos”, finalizó Mons. Ezzati.
Calurosa acogida al pastor
Concluido el acto, Monseñor abordó un antiguo auto Mercedes Benz clásico y se dirigió hasta la plaza Don Bosco. La escolta policial le permitió abrir paso incluso con el tránsito en contra y menos de cinco minutos llegó hasta el monumento que recuerda al Padre y Maestro de la juventud. Al descender se dio un par de minutos para contemplar la imponente estatua, saludó a algunos feligreses que lo esperaban y rápidamente abordó el auto para dirigirse al Colegio Inmaculada Concepción e iniciar la procesión hasta la Catedral.
Decenas de sacerdotes, seminaristas y mas de 30 obispos, entre éstos el Presidente de la Conferencia Episcopal, Monseñor Alejandro Goic, el Arzobispo de Santiago, Cardenal Francisco Javier Errázuriz, y el Nuncio Apostólico Monseñor Aldo Cavalli, formaron la gran columna que avanzó en procesión desde calle Anibal Pinto, pasando por Barros Arana, hasta llegar a Caupolicán, lugar donde se encuentra la Catedral.
Fue un bello signo de unidad de la Iglesia chilena en el centro neurálgico de la ciudad penquista; bordeando la plaza, los obispos saludaron a los feligreses hasta ingresar todos al templo madre. Una vez dentro, la multitud que ocupaba las bancas brindó un prolongado aplauso a los prelados, acto que ciertamente reflejó la gratitud hacia la gran labor de Monseñor Moreno y el recibimiento al obispo salesiano.
Entre vítores y aplausos al nuevo pastor, grande era la algarabía, la que se frenó abruptamente cuando Monseñor Ezzati se arrodilló ante el Santísimo para elevar una oración. De ahí en adelante se dio paso a los ritos propios de la ceremonia: lectura de las letras apostólicas, entrega de la Cátedra (momento que monseñor Moreno entrega el báculo a Monseñor Ezzati) y saludo al nuevo Arzobispo.
La grandeza y variedad étnica y social de la Región se hizo presente en la Eucaristía, con la presencia de mapuches, mineros carbón, agricultores, trabajadores, estudiantes, representados simbólicamente en la entrega de las ofrendas.
Muchas fueron las ideas expresadas por el nuevo Arzobispo en la homilía, las que tuvieron como denominador común su deseo de ser para esta grey el Pastor que Cristo quiere que sea y, a la luz de la Virgen María, decirle “sí” al Señor y poner su vida al servicio del Reino.
Al salir nuevamente la procesión por el pasillo central de la Catedral, nuevamente los aplausos colmaron el ambiente. Un nutrido pie de cueca le esperaba a en el atrio al nuevo Pastor, el que disfrutó con mucho ánimo, para luego entregar algunas palabras a quienes no pudieron participar de la Eucaristía por asunto de espacio.
Finalizado ya este último momento, Monseñor Ezzati se dirigió nuevamente hasta el Colegio de Inmaculada para disfrutar de un vino de honor junto a sus hermanos obispos, sacerdotes, seminaristas, religiosos, religiosas y laicos invitados.
Homilía de Mons. Ezzati
Fuente: Comunicaciones Salesianos
Fotos
Gentileza Comunicaciones Salesianos
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