Las palabras preliminares estuvieron a cargo de la Delegada Episcopal para la Educación Adriana Fernández Álvarez; luego la oración inicial la realizó el asesor pastoral de la Vicaría, el sacerdote Mauricio Aguayo.
Seguidamente, algunos miembros de las comunidades educativas compartieron cómo se han sentido en este inicio del año escolar de forma online. Los rectores Claudia Messina, del Colegio San Ignacio; Marcelo Filippi, del Colegio De Los Sagrados Corazones; Rolando Castillo, del Colegio Inmaculada Concepción de Talcahuano; Marisol Meléndez, del Colegio María Inmaculada y Mariela Atienza, del Colegio de la Santísima Trinidad, hablaron en nombre de sus comunidades manifestando sus mayores preocupaciones e inquietudes.
A continuación, intervino don Fernando Chomali, quien agradeció el encuentro y manifestó su admiración por el trabajo que los presentes realizan en el ámbito educativo. Además, les indicó tres aspectos importantes a considerar durante el año escolar que se inicia. Les habló de la hondura espiritual, señalando “sería terrible que estemos esperando que termine esta pandemia para volver a hacer lo mismo de antes. Eso sería un fracaso, porque tenemos una gran oportunidad de aprender, de rezar más, de estar junto al Señor y reflexionar acerca de la existencia, qué significa ser un ser humano, la educación, el trabajo”.
También les dijo que esta hondura espiritual debiese llevarlos a la fraternidad. “Tenemos que ir más allá, la fraternidad tiene un rostro concreto que implica tiempo, ir más allá. Éste no es el tiempo del egoísmo sino de salir de uno mismo, de encontrarnos como hermanos, de querernos más”. “Tenemos que descansar en Cristo y reconocerle como nuestra paz y luz. No es el tiempo de las derrotas, sino el tiempo de la hondura espiritual y de la fraternidad”. Por último, el pastor insistió a los directivos que debemos ser ejemplo de solidaridad. “La pandemia ha traído un descalabro económico en muchas familias y creo que la gran respuesta que podemos dar nosotros es la solidaridad. Todos podemos hacer algo, ayudarnos mutuamente. Ojalá que toda la creatividad que tengamos para dar pan al hambriento y dar un techo al que no tiene, pueda surgir en virtud de la fuerza del Espíritu que nos impulsa a amar al prójimo como a uno mismo lo que sólo es posible si amamos a Dios”.
El encuentro concluyó con palabras de agradecimiento de varios rectores, que valoraron esta instancia para reunirse y verse, aunque fuera de forma virtual. Luego, el Arzobispo les recordó e invitó a vivir desde cada hogar las distintas actividades programadas con motivo de Semana Santa. Por su parte, la Delegada Episcopal para la Educación destacó que éste sin duda es un tiempo complicado, pero también una oportunidad para reconocer nuestra fragilidad y unirnos humana y espiritualmente.
Vicaría Pastoral para la Educación
Fuente: Comunicaciones Concepción