Obispo de Osorno destacó las oportunidades y desafíos que tiene Chile en Liturgia Ecuménica de Fiestas Patrias
Históricamente distinta a la tradicional Acción de Gracias o Te Deum que se festeja en Fiestas Patrias, por primera vez y después de seis meses exactamente desde el cierre de los templos en la Diócesis de Osorno el pasado 18 de marzo, se celebró este viernes 18 de septiembre la Oración por Chile en la Catedral San Mateo Apóstol. El templo albergó un aforo de 24 fieles, entre las autoridades civiles y eclesiásticas, además de un número reducido del pueblo creyente de la provincia de Osorno, que elevaron su oración al Señor por las distintas necesidades de la Patria.
De este modo, y en estricto cumplimiento de las medidas sanitarias exigidas por la autoridad, el Obispo de la iglesia osornina quien presidió la celebración, acompañado del Pastor Luterano Miguel Ángel Núñez y el Pastor Evangélico Jenaro Bahamondes, guiaron la oración de la comunidad creyente presente en el templo y de aquellos que siguieron la transmisión por Radio la Voz de la Costa y el Canal YouTube del Obispado de Osorno.
Cabe señalar, además a esta Oración por Chile, asistieron el alcalde Jaime Bertín, el gobernador provincial, Mario Bello, representantes de Bomberos, representantes del personal de salud, representantes de recolectores de basura y representantes de familiares de personas fallecidas a causa del Coronavirus.
Homilía del Obispo de la Iglesia osornina
En su mensaje, monseñor Jorge Concha Cayuqueo dijo que siempre hay mucho que agradecer a Dios y tanto por lo que pedir perdón. Dio gracias a quienes entregaron generosamente la vida por Chile, y aseguró que del mismo modo como “heredamos tantos bienes también heredamos males: heridas todavía abiertas, brechas, muchas de las cuales siguen siendo desafíos para esta generación y para las que vienen”.
Señaló además que es oportunidad de dar gracias al Señor a tantos hombres y mujeres que en este tiempo de pandemia “han hecho un enorme servicio a los demás, muchas veces con sacrificio”, y por todos los voluntarios y voluntarias “que han trabajado con generosidad y en forma anónima, en ayudar a los demás, muchos de ellos han reconocido el rostro de Jesús en los que más sufren; y gracias por tantas expresiones de solidaridad”.
En la oportunidad también se refirió al difícil periodo que vivimos a causa de la crisis sanitaria, “con consecuencias muy dolorosas, negativas y todavía imprevisibles para las personas, las familias, para el país y el mundo entero. Sin duda, el dolor más grande es la pérdida de vidas de seres queridos; en nuestro país son más de 12 mil, en nuestra región más de 80 y en nuestra Provincia más de 40 los fallecidos; por ellos y por sus familiares hacemos especial oración en esta liturgia”.
De manera paralela a dichas circunstancias “siguen presente desafíos, sueños y esperanzas de larga data y de largo aliento”, agregó el obispo y añadió que, en medio de la tensión, la incertidumbre y de prueba de este tiempo, también es momento de oportunidades. “Entre los desafíos urgentes e importantes que tenemos como país, quisiera recordar los siguientes:
1.- Mientras se espera una solución significativa para el “enemigo invisible” que es el virus que nos acecha, (…) el país entero, con sus autoridades a la cabeza, tiene el enorme desafío de enfrentar las graves consecuencias en términos de salud y en el plano económico. Es tarea ya, y del futuro inmediato.
2.- La posibilidad de un proceso constituyente que está por comenzar, con grandes expectativas de una carta fundamental que exprese mejor el Chile de hoy, que fortalezca la unidad de todos y la solidaridad, y que sea el marco fundamental de nuestra vida como nación para los próximos decenios, exige, entre otros, el máximo de participación, estándares de paz que garanticen un ambiente adecuado y diálogo con respeto entre todos.
3.- La situación de la Araucanía y de los pueblos indígenas de Chile en general, que ya debió iniciar un proceso de solución, pide un trato como nunca lo ha tenido en el pasado. Porque es un tema profundo en sus raíces, en su alcance y en su proyección, es tarea ineludible del Estado, al que tarde o temprano, deberá abocarse y para ello deberá garantizar amplia participación y renovada aproximación y visión de futuro.
4.- Es un desafío la búsqueda decidida de formas de superación de la pobreza que no deja de reproducirse y de las grandes y graves desigualdades entre los chilenos y chilenas, que son y serán permanente fuente de frustración, de desencuentro y de violencia en nuestra sociedad.
5.- Es un desafío de enfrentar de manera renovada tantas formas de violencia que se ha ido instalando, desgraciadamente en nuestra vida cotidiana; violencia en contra de las mujeres, en contra los niños, de los adultos mayores. Esto tiene que ver con nuestra cultura, con educación, con los modelos que predominan.
6.- El flagelo de la droga, su comercio y su organización, su ingreso en los diversos sectores socioeconómicos de nuestra sociedad, con graves consecuencias en las generaciones más jóvenes y en los sectores más vulnerables, es un desafío urgente y necesario.
7.- El cuidado del medio ambiente, de la biodiversidad en los humedales, en el mar, los lagos y los ríos, el cuidado de la flora y de la fauna que son parte de nuestros ecosistemas, todo lo cual es vital para todos los seres vivos, incluidos nosotros los seres humanos; el trato civilizado y no cruel hacia los animales; el educar hacia una cultura del respeto y del trato amigable con toda la creación. Es un desafío urgente y de todos”.
“Son muchos los desafíos que tenemos como sociedad para que Chile sea una gran nación de hermanos. Es necesario que todos y todas, y especialmente nuestros dirigentes, nuestros líderes, tengan muy presente y como centro: la dignidad de cada persona y el bien común, la inclusión para desterrar toda forma de exclusión, porque todos somos parte de esta casa común, en la que nadie sobra”, añadió el Obispo Jorge.
Al respecto también destacó que “son importantes los medios y entre ellos el diálogo respetuoso, porque también se trata de buscar y fortalecer la unidad y la paz, de lo contrario la espiral de violencia aumenta y nos destruye. De las dificultades no salimos solos, menos unos contra otros”.
Finalmente instó a pedirle a Dios el don de la Sabiduría, “para todos los habitantes de Chile: para nuestras autoridades, nuestros líderes y para todos nosotros, ciudadanos. Santiago dice: ´Si a alguno de ustedes le falta sabiduría, pídasela a Dios… Pero que la pida con fe, sin dudar …´ (Sant. 1, 5 y 6). Al mismo Señor le pedimos que nos dé el don de la fe para que nuestra oración sea de su agrado”.
Mensaje de los Pastores evangélico y Luterano
Por su parte el Pastor Luterano Miguel Ángel Núñez, también pidió al Padre su bendición por la Patria “con una laboriosa y honesta educación, protégenos de la violencia, la discordia, confusión, el orgullo, la arrogancia. Permite que nosotros, aunque viniendo de diferentes lugares seamos un pueblo unido”.
“Ayúdanos a defender nuestras libertades, derrama un espíritu de sabiduría sobre aquellos a quienes hemos confiado la autoridad de gobernar, de modo que haya justicia, paz en nuestra tierra. Danos un corazón agradecido en tiempos de prosperidad y no permitas que nuestra confianza en ti falle en la hora de las dificultades”, señaló.
En tanto que el Pastor Evangélico Jenaro Bahamondes reiteró las palabras del Apóstol Santiago, “si alguno de nosotros tiene falta de sabiduría, pídala al Señor, el cual da a todos abundantemente y sin reproche”, dijo y agregó que “Hoy cuando este pequeño grupo de creyentes nos reunimos aquí, para orar por nuestra patria, cuando celebramos un aniversario más de nuestra independencia quisiera invitarles que al dirigirnos a Dios, podamos pedir sabiduría”.
“Sabiduría para todos los que vivimos en esta hermosa tierra que llamamos chile, sabiduría para que podamos tomar las mejores decisiones, de manera que podamos continuar forjando cada día una mejor nación, orar pidiendo a Dios sabiduría por quienes nos gobiernan para que puedan guiarnos por la senda de la paz, la justicia y la prosperidad”.
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Texto completo de la homilía
Fuente: Comunicaciones Osorno