El Papa dedicó al camino ecuménico la intervención en la audiencia general de este miércoles, celebrada en el Aula Pablo VI del Vaticano con la participación de unos seis mil peregrinos, en la que comentó la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos.
Esta iniciativa, que surgió en el siglo XIX en el movimiento pentecostal en Escocia con vinculaciones en Estados Unidos, era ya alentada en 1894 por el Papa León XIII. En la mayor parte de los países se celebra del 18 al 25 de enero, fiesta de la conversión de San Pablo.
En esta ocasión, el Papa la clausurará participando en un encuentro de oración, las Vísperas de la Fiesta de San Pablo Apóstol, que Benedicto XVI presidirá en la Basílica romana de San Pablo Extramuros, con la participación de representantes de las diferentes confesiones cristianas de Roma.
Como el mismo Papa explicó en su discurso durante la audiencia, para celebrar esta semana, los cristianos de todo el mundo pueden servirse de los subsidios elaborados conjuntamente por el Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos y por la Comisión «Fe y Constitución» del Consejo Mundial de las Iglesias.
En este año, el tema escogido se basa en una propuesta de cristianos de de Sudáfrica y lleva por tema «Hace oír a los sordos y hablar a los mudos».
Recordando que son las palabras del Evangelio de Marcos (7, 37) y se refieren a la curación de un sordomudo por parte de Jesús, el Papa recordó que «al recuperar el oído y el don de la palabra, aquel hombre suscitó la admiración de los demás contando lo que le había sucedido».
«Todo cristiano, espiritualmente sordo y mudo a causa del pecado original, con el Bautismo recibe el don del Señor que pone sus dedos en la cara y, de este modo, a través de la gracia del Bautismo, es capaz de escuchar la palabra de Dios y de proclamarla a los hermanos», afirmó.
«Es más, a partir de ese momento tiene la tarea de madurar en el conocimiento y en el amor de Cristo para poder anunciar y testimoniar con eficacia el Evangelio», afirmó.
«Este tema, al ilustrar dos aspectos de la misión de toda comunidad cristiana, el anuncio del Evangelio y el testimonio de la caridad, subraya también la importancia de traducir el mensaje de Cristo en iniciativas concretas de solidaridad», explicó el Papa.
«Esto favorece el camino de la unidad, pues se puede decir que todo alivio, aunque sea pequeño, que los cristianos ofrecen juntos al sufrimiento del prójimo, contribuye a hacer más visible también su comunión y su fidelidad al mandamiento del Señor», afirmó.
Los subsidios redactados este año bajo la propuesta de las comunidades cristianas de la ciudad sudafricana de Umlazi, donde según algunos cálculos el 50% de la población está contaminado por el virus del sida, proponen iniciativas ecuménicas solidarias en la atención a estos enfermos.
En el documento los cristianos sudafricanos manifiestan el drama de la desunión de los cristianos, constatando que si bien en su ciudad, en su mayoría cristiana, hay un solo tribunal, hospital o cementerio, sin embargo hay varias iglesias.
Por eso, concluyen, «en la actualidad, está claro que la pandemia del Sida como de otras amenazas para la vida humana son agobiantes para una Iglesia dividida».
Fuente: www.zenit.org