La tarde de este 18 de agosto, fecha en que se conmemora el
Día Nacional de la Solidaridad, numerosas personas participaron virtualmente de la Eucaristía que se celebró en el templo Catedral, en la cual se agradeció por la vida, obra y legado de san Alberto Hurtado, quien hizo de la solidaridad un modo permanente de vida, como también por la gran cantidad de hombres y mujeres de buena voluntad, que con su servicio voluntario están constantemente manifestando cercanía con aquellos que más sufren en nuestra sociedad. La santa Misa fue presidida por el Arzobispo René Rebolledo Salinas y se transmitió por diversos medios de comunicación social, pues no contó con la presencia física de fieles debido a la cuarentena obligatoria que rige en las comunas de La Serena y Coquimbo, a modo de disminuir los contagios por COVID-19.
En su homilía, el Arzobispo expresó que “este año, a nivel nacional, se ha escogido como lema:
Juntos multiplicamos la Solidaridad. Nos acompaña esta expresión motivadora desde el sábado 1 y hasta el lunes 31 de agosto. Este día, que da una orientación a todo el mes, impulsa con fuerza a la comunidad cristiana y a todos los hombres de buena voluntad a trabajar por la justicia social y en los aspectos que comporta, procurar una vida digna para todos, como es el deseo de nuestro Señor y que también buscaba propiciar san Alberto Hurtado. Sin duda, la solidaridad es la expresión actual que compromete a la entera comunidad cristiana en este imperativo”.
De igual modo, Mons. Rebolledo se refirió a las diversas iniciativas que han surgido debido a la situación sanitaria, social y económica que afronta el país y la zona. “En estos meses hemos tenido una mayor exigencia, dada la crisis social que se acentuara desde octubre de 2019 y la pandemia del COVID-19, que comenzó a afectarnos decididamente desde marzo pasado. Gracias a Dios, gran parte de las y los católicos no han permanecido indiferentes ante las necesidades. Bien pronto se organizó la campaña “Nadie se salva solo”, siguiendo esta hermosa inspiración del Papa Francisco. Son numerosas las personas que generosamente han aportado a esta iniciativa que se iniciara el 14 de mayo y se extiende a la fecha por 3 meses. Les manifiesto honda gratitud a todos. Ruego al Señor, Él sea su recompensa. También la alegría manifestada en los rostros de las familias que han recibido las cajas con alimentos, sea para ustedes queridos bienhechores, felicidad y agradecimiento" destacó.
Finalmente, el Pastor convocó a continuar trabajando con el mismo ímpetu, teniendo presente el inagotable trabajo de san Alberto Hurtado. “El desafío de la solidaridad es permanente. Es el Señor quien nos llama a salir al encuentro de las necesidades de las hermanas y hermanos de camino. En la fe reconocemos en ellos su presencia:
Les aseguro que lo que han hecho a uno solo de éstos, mis hermanos menores, me lo hicieron a mí (v 40). Él nos de la fortaleza que necesitamos para no cansarnos en el servicio y en la entrega generosa a los demás. San Alberto Hurtado interceda por nosotros y en su ejemplo nos ayude a servir y a compartir como él con los más necesitados”, puntualizó.
Campaña “Nadie se salva solo”
Al término de la Eucaristía, Patricio Alegre, Director Arquiodiocesano de la Pastoral Social-Caritas, entregó un balance general de la campaña “Nadie se salva solo” , convocando a seguir trabajando en beneficio de los más necesitados “a través de las obras y del amor demostrado por san Alberto Hurtado, para que sigamos contribuyendo en su legado. Transmitamos con nuestro trabajo una sonrisa a quienes pasan por momentos difíciles, encontrándonos con el hermano que teníamos perdido y siendo protagonistas de buenas acciones”.
Destacar, además, que en la ocasión se animó a la comunidad para continuar con esta campaña solidaria, al menos, hasta fines del 2020, para continuar entregando esperanza a las numerosas familias que han resultado fuertemente afectadas producto de la pandemia. Por tal razón, la invitación es a seguir colaborando mediante los aportes en dinero, vía transferencia electrónica a la cuenta corriente del Banco Itaú N° 208429847, a nombre del Arzobispado de La Serena, Rut 81.779.300-2, enviando el comprobante al mail
ayudasolidarialaserena@gmail.com. Gracias a tu ayuda, se podrán continuar entregando Cajas Solidarias a los hermanos que más lo necesitan.
Fuente: Comunicaciones La Serena